El primer debate de ministros sobre la estrategia de salida a la crisis del coronavirus en Israel evidenció un conflicto de intereses que se replica en todo el planeta: por un lado la necesidad de retomar la actividad económica, y por el otro la extensión de las medidas de aislamiento social para evitar muertes y colapsos en el sistema de salud.
La discusión del gabinete de ministros destacó por una fuerte discusión entre los ministerios de Salud y el de Finanzas. Desde la cartera de Salud sugieren una salida del aislamiento que pospondría la plena actividad comercial durante un mes como paso necesario para que la tasa de infectados se mantenga baja, mientras que desde el Tesoro sostienen que la economía del país no puede soportar un regreso tan lento a su rutina y exigen una flexibilización del aislamiento a partir de este mismo domingo.
“Tal vez deberíamos finalizar esta discusión y volver a conversar cuando haya menos de 20 infectados por día”, ironizó Shai Babad, director general del Tesoro, quien calificó la propuesta del Ministerio de Salud como “poco seria” y enfatizó en la necesidad de “oxigenar la economía”. Moshe Kahlon, ministro de Finanzas, agregó que a este ritmo en materia económica el año ya está perdido y se podrían sufrir serias secuelas en el primer trimestre de 2021.
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Fuerte contrapunto entre Shai Babad y Moshe Bar Siman Tov, directores de Finanzas y Salud respectivamente.
(Alex Kolomviski)
En busca de prevenir un colapso comercial y establecer un proceso claro para comenzar una etapa de recuperación desde este domingo, desde el Tesoro interpelaron sobre el tema a Moshe Bar Siman Tov, director del ministerio de Salud que respondió escuetamente: “Solamente diré dos palabras: Pirata Rojo”, en relación al nombre de un local comercial de Or Yehuda que fue uno de los primeros focos de propagación de COVID-19 en el Estado judío.
En el medio de estas dos posturas, el resto de los ministerios busca grises que permitan alcanzar una fórmula gradual para que las tiendas puedan reabrir sus puertas. El tamaño de cada local, la densidad de comercios en cada cuadra o la cantidad de empleados permitida fueron algunas de las variables consideradas, aunque todavía no se resolvió cuáles serán los criterios ni cuándo comenzarán a implementarse.
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Barbijos, distanciamiento y videollamada en la reunión de gabinete para discutir la salida del aislamiento.
(Kobi Gideon)
Algunos funcionarios que buscan la reapertura del país acusan al primer ministro Benjamín Netanyahu de retrasar la toma de decisiones para observar qué resultados obtienen algunos países europeos que intentan abandonar la etapa de aislamiento. Otros, partidarios de mantener las restricciones, advierten que los resultados de una reactivación del comercio tan sólo se podrán evaluar dos semanas después de su implementación, y que un regreso a la rutina demasiado pronto puede provocar nuevos brotes de coronavirus y un nuevo cierre de la economía.
Una propuesta alternativa fue la de Naftali Bennett, ministro de Defensa, quien elaboró un plan de apertura de la economía a partir de este domingo, para el 100% de los comerciantes y con estrictas medidas de prevención en cada local. A su vez, sugirió un plan de seguimiento dinámico a través de un “modelo semáforo”: si en cinco días los casos aumentan menos de un 4% la apertura se profundiza, si la tasa oscila entre un 4% y 7% las medidas se mantienen, y si la estadística es superior a 7% se retoman medidas de restricción más severas.
En cuando al regreso de la actividad escolar Rafi Peretz, ministro de Educación, expresó su preocupación sobre la posibilidad de mantener un sistema de clases a distancia. “Algunos alumnos no tienen recursos digitales, faltan computadoras para unos 130.000 jóvenes, principalmente de las comunidades drusas, árabes y ultraortodoxas”, sostuvo. Netanyahu respondió que “ésta es una buena oportunidad para eliminar esa brecha”, que según Peretz requiere de un presupuesto adicional de 50 millones de shekels, equivalente a 14 millones de dólares.