Poco después de que la Corte Penal Internacional de La Haya anunciara este miércoles la apertura de una investigación contra Israel por presuntos crímenes de guerra cometidos en Gaza y Cisjordania, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu afirmó que “el Estado de Israel está siendo atacado” y calificó a la decisión como un acto de “antisemitismo e hipocresía”.
“El tribunal creado para evitar la repetición de las atrocidades cometidas por los nazis contra el pueblo judío, ahora se vuelve en contra del Estado del pueblo judío”, sentenció el mandatario y denunció la inacción de la CPI en otros conflictos armados: “No dicen una palabra sobre Irán, Siria y otros regímenes dictatoriales que realmente comenten crímenes de guerra”.
Según Netanyahu, la fiscal general Fatou Bensouda “dictamina que nuestros soldados heroicos y morales, que luchan contra los terroristas más crueles del mundo, son en realidad criminales de guerra” y acusó al tribunal de “estar mal predispuesto contra el Estado de Israel”.
“Solo se puede hacer una cosa: luchar por la verdad y proteger a cada soldado, comandante y ciudadano”, prometió el primer ministro, quien lideró una serie de fuertes condenas de parte de funcionarios estatales y referentes políticos.
Gabi Ashkenazi, ministro de Relaciones Exteriores, afirmó que el anuncio de la CPI es “un acto de ruptura moral y legal” y “una decisión política de una fiscal que está en el final de su mandato y busca fijar las prioridades de su sucesor”. Según el canciller, de esta manera el tribunal “se convierte en una herramienta en manos de extremistas que impulsan a organizaciones terroristas y antisemitas”.
“El hecho de que la organización terrorista y asesina Hamás celebra la decisión indica que carece de todo valor moral”, sentenció Ashkenazi. “Israel es un estado democrático con un sistema legal independiente y eficaz, que no es miembro del tribunal. Abrir una investigación contra Israel va contra el mandato del tribunal y es un desperdicio de recursos para la comunidad internacional, de parte de una institución sesgada que perdió toda legitimidad y opera como un organismo político”, agregó.
En el mismo sentido, el presidente Reuven Rivlin calificó a la noticia como un “escándalo” y expresó que “Israel es un Estado fuerte, judío y democrático que sabe defenderse y también investigarse si es necesario”.