Por primera vez desde que fue aprobada la ley de patentes en 1967, el consejero jurídico del gobierno, Avichai Mandelblit, autorizó a ejercer la autoridad estipulada en dicha ley y permitir la utilización de un sustituto genérico de un fármaco protegido por algunas patentes en Israel para tratar a los pacientes con coronavirus.
Según el Ministerio de Salud, el fármaco en cuestión, que estaba destinado a los tratamientos de pacientes con HIV, podría ser útil para tratar el coronavirus, por lo que fue solicitado de forma urgente por motivos relacionados con la salud pública. El ministro de Salud ya recibió la autorización del gobierno y hoy (jueves) se obtuvo el permiso precedente.
El Ministerio de Justicia manifestó en un comunicado que se trata de un medicamento antiviral llamado Kaletra, producido por una empresa de fármacos estadounidense, y cuya patente en Israel vence en 2024.
Sin embargo, el fármaco no está protegido por una patente en algunos países, donde existen sustitutos genéricos permitidos. Es precisamente desde esos Estados que Israel planea importar los medicamentos.
Kaletra es un fármaco que combina dos medicamentos antivirales de un grupo llamado ‘inhibidores enzimáticos’ que evitan la multiplicación del virus HIV.
Este medicamento se utiliza en Israel y en el mundo en pacientes con el virus HIV, y es considerado como seguro y útil para tratar la enfermedad.
La compañía dueña de la patente y el importador oficial en Israel no pueden proveer el suministro suficiente de este fármaco, el cual es muy demandado en el mundo en estos días. Por este motivo, el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Salud decidieron importar sustitutos genéricos de países donde la patente expiró.
Desde el Ministerio de Justicia aclararon que la importación de sustitutos genéricos del fármaco no niega los derechos de los titulares de las patentes a recibir regalías de manera retroactiva por el uso de dichas patentes en estos momentos de emergencia.
Las autoridades podrán importar todo el suministro necesario para tratar a los infectados con coronavirus, pero no para el tratamiento de los pacientes con VIH, por lo que de esta manera se reducirá el daño económico causado a los dueños de las patentes.
