Alrededor de 6,5 millones de israelíes están habilitados para votar este martes a los nuevos representantes del parlamento, la Knesset, en las cuartas elecciones en menos de dos años.
Los israelíes podrán emitir sus votos en los 13.685 centros de votación distribuidos por todo el país. Además, habrá 409 centros de votación para uso exclusivo de pacientes con COVID-19 y otros 342 para ciudadanos que se encuentran en cuarentena tras haber tenido un contacto estrecho con una persona infectada.
El martes a las 22, horario israelí, se cerrarán las urnas y comenzará el conteo oficial de votos. A esa misma hora se empezarán a difundir las principales estimaciones de los resultados a boca de urna, aunque las cifras oficiales se conocerán con el correr de las horas. Las autoridades advirtieron que se pueden producir demoras en el escrutinio, en función de dificultades logísticas propias de la pandemia que no existieron en otras jornadas electorales.
Los resultados finales se anunciarán entre el miércoles por la mañana y el viernes por la tarde, y el Comité Electoral deberá entregarlos oficialmente al presidente Reuven Rivlin el próximo 31 de diciembre. Allí comenzarán a intensificarse las negociaciones de coalición posteriores a cada elección.
El parlamento israelí está compuesto por 120 bancas. Con tantas listas registradas, es prácticamente imposible que un solo partido consiga la mayoría absoluta de 61 escaños necesaria para formar gobierno. Así que, en cuanto termina el escrutinio, empiezan las negociaciones para forjar una coalición viable.
Para ello el presidente Reuven Rivlin consulta con los partidos para saber a quién recomiendan para que lidere el próximo gobierno. A continuación, el presidente designa al candidato que, a su criterio, tiene más posibilidades de formar una coalición. Esa persona no necesariamente es el dirigente del partido más representado en el parlamento, y dispondrá de un plazo de 28 días para concretar su objetivo.
El sistema de escrutinio proporcional de Israel facilita el acceso de los partidos pequeños al parlamento, que cuenta con 120 escaños, y favorece la pluralidad política. El número de escaños de cada lista electoral depende del porcentaje de votos obtenido. Aún así, cada lista precisa sumar un mínimo del 3,25% de los votos para entrar en la Knesset con un mínimo de 4 asientos.
Todos los sondeos previos ubican al Likud, liderado por el actual primer ministro Benjamín Netanyahu, como el partido que obtendrá la mayor cantidad de escaños. Sin embargo, el principal desafío para su reelección será lograr una coalición de al menos 61 parlamentarios con sus aliados, principalmente del arco político de derecha y ultraortodoxo. Allí, en esa sumatoria de voluntades del bloque, se enfocarán todos los análisis electorales en cuanto cierren las urnas.
El partido Yesh Atid, con Yair Lapid a la cabeza, asoma como la principal opción del bloque de centro e izquierda. Los otros dos partidos que buscan posicionarse lo mejor posible son Tikvá Jadashá, de Gideon Saar, desertor del Likud; y la alianza de derecha nacionalista Yamina, liderada por Naftalí Bennett.