El “Acuerdo del Siglo”, la propuesta que impulsa Estados Unidos para que israelíes y palestinos firmen la paz, genera opiniones divididas entre los colonos que viven en Judea y Samaria: mientras algunos líderes de asentamientos judíos creen que es una oportunidad histórica e irrepetible, otros sostienen que tendrá consecuencias peligrosas para Israel.
“Hace 50 años que en los asentamientos esperamos aplicar la ley israelí, lo que implicaría igualdad de derechos ciudadanos, ¿y ahora lo tiramos a la basura?”, afirmó Asaf Mintzer, Jefe del Concejo de Elkana, uno de los referentes que apoya el programa de Trump.
Desde este lado del debate aseguran que la soberanía es prioritaria, y además no les preocupa el posible establecimiento de un Estado palestino alrededor de los asentamientos: estiman que el plan estadounidense incluye tantos condicionamientos para los palestinos que finalmente esto no ocurrirá.
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El plan de paz que impulsa Estados Unidos genera diversas opiniones en los asentamientos judíos de Judea y Samaria.
(Reuters)
El tercer argumento a favor del Acuerdo del Siglo es que una oportunidad de estas características tal vez sea única: después de décadas de disputas con movimientos de izquierda y luchar por el reconocimiento de Washington, en este momento político tanto Israel como EE.UU. reconocen los asentamientos y se pronuncian a favor de aplicar la soberanía. “Las quejas de quienes se oponen están atentando contra el programa y el vínculo con los norteamericanos”, sostuvo Oded Revivi, Jefe del Consejo de Efrat.
El sector opositor al “Acuerdo del Siglo” incluye a una mayoría de los líderes de asentamientos, entre ellos al presidente de los Consejos de Judea y Samaria, y diversos Consejos Regionales. Allí están representados también el Consejo Regional Har Hebron, el Consejo Regional Gush Etzion, el Consejo Regional Binyamin y el Consejo Regional Samaria y el Consejo Beit El, entre otros.
Un tema central para este grupo es que el nacimiento de un Estado palestino sería “un Estado terrorista en el corazón del país”. David Alhiani, presidente de los Consejos de Judea y Samaria, afirmó que al respecto el consenso es casi total. “No estaremos de acuerdo de ninguna manera y atacaremos cualquier movimiento en ese sentido”, advirtió Israel Gantz, referente de Binyamin. “Rabin jamás habló de un Estado palestino cuando buscó acuerdos con los palestinos, nunca mencionó esa palabra”, agregó en referencia al ex primer ministro israelí que fue asesinado por impulsar acuerdos de paz.
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Un palestino agita una bandera frente a un asentamiento judío en Judea y Samaria.
(Reuters)
Otra preocupación de estos funcionarios es la conversión de sus asentamientos en enclaves rodeados de lo que serían tierras palestinas. “¿Quién querría mudarse a un enclave? No hay un horizonte de desarrollo para un asentamiento así, cada vez más residentes preferirían irse y se produciría una evacuación silenciosa”, opinó Yohai Demeri, referente de Har Hebron, sobre una situación que afectaría a 20.000 personas distribuidas en 19 asentamientos.
Quienes se resisten al Acuerdo del Siglo aseguran que esta situación también crearía problemas en la conectividad entre cada asentamiento. Así, por ejemplo, un habitante de Karmei Tzur que hoy recorre 14 kilómetros en automóvil hacia el sur para llegar hasta Kiryat Arba, ante un escenario de control palestino de las rutas esa misma persona debería subir hasta Jerusalem e ingresar por Beer Sheva. Ese nuevo recorrido sería de casi 200 kilómetros.
“El plan prohíbe la construcción para los israelíes pero no dice lo mismo hacia los palestinos. ¿Quién puede garantizarme que ellos tampoco construirán durante las negociaciones?”
Otra queja a la propuesta de la Casa Blanca está vinculada a una cláusula que prohíbe la construcción en los asentamientos durante los primeros 4 años de negociaciones entre las partes. “El plan prohíbe la construcción para los israelíes pero no dice lo mismo hacia los palestinos. ¿Quién puede garantizarme que ellos tampoco construirán durante las negociaciones?”, refirió el líder del Consejo Binyamin.
También existen otras preocupaciones secundarias vinculadas a las carreteras internas y los “lugares sagrados” del judaísmo. Pero tanto los partidarios como los opositores al “Acuerdo del Siglo” están de acuerdo en una cuestión: presionan al primer ministro Netanyahu para una anexión unilateral israelí en Judea y Samaria y el Valle del Jordán. “No estamos pidiendo que nos haga un favor, la aplicación de soberanía es una promesa que le hizo ganar tres rondas electorales”, aseguró al respecto Yosi Dagan, Jefe del Consejo Regional Samaria.