Tras una reunión de emergencia que mantuvo con diferentes ministros del "Gabinete Coronavirus", el primer ministro Benjamín Netanyahu brindó una conferencia de prensa especial para anunciar restricciones de circulación que buscan evitar la propagación del virus.
En el contexto de un fuerte rebrote de COVID-19 en Israel, el gobierno elevará a la Knesset una propuesta para limitar a un máximo de 20 personas la congregación de personas en espacios cerrados (incluye sinagogas) y hasta 50 asistentes en salones de eventos, bares y clubes. Antes del anuncio la iniciativa fue consultada con diferentes legisladores y se estima que tendría el visto bueno del Parlamento.
“Los datos no dejan opción, volvemos a las restricciones”, afirmó Netanyahu y se explayó en las preocupantes cifras de la segunda ola de la enfermedad. “En el pico de contagios anterior, el 31 de marzo, tuvimos 738 infecciones diarias y hoy tenemos casi 1.000. Y desde el domingo hasta hoy el aumento de casos es superior al 100%”, detalló.
Además, el primer ministro desestimó versiones que indicaban que esta segunda ola de COVID-19 demostraba un comportamiento menos agresivo en los cuerpos de las personas infectadas: “Alguien dijo que no hay pacientes gravemente enfermos y al principio fue así, pero los síntomas avanzan con el tiempo y desde el domingo esa cifra aumentó un 50%”, aseveró.
“Lo más fácil sería dejar todo como está, pero rápidamente perderíamos el control de la situación. A una tasa de crecimiento exponencial pronto tendríamos decenas de miles de contagiados y no debemos llegar allí, no quiero volver al cierre hermético que ya vivimos”, advirtió Netanyahu, quien trazó una comparación entre el combate contra el coronavirus y una guerra: “Debemos actuar como comandantes en un campo de batalla: cuando el enemigo mejora sus posiciones no se debe seguir el plan original, hay que adaptarse al enemigo. Y hoy entendemos que las infecciones se provocaron especialmente en las reuniones sociales en espacios cerrados”, explicó sobre las medidas adoptadas.
Además, el máximo responsable del poder ejecutivo israelí se quejó de las trabas legales que debe soportar el país para implementar estas decisiones gubernamentales. “En el pasado gobierno de transición podíamos emitir regulaciones de emergencia pero de repente, después de formar una coalición, todo debe pasar por la Knesset”, reflexionó y anunció que la próxima semana presentará un proyecto de ley para que el gobierno pueda sortear pasos para tomar decisiones vinculadas con la salud pública.