A favor o en contra, la decisión de Benjamín Netanyahu de designar a Naftali Bennett como nuevo ministro de Defensa no pasó desapercibida para ninguno de los sectores del sistema político israelí.
Desde el bloque de la derecha, que Bennett integra como miembro del partido HaIamín HaJadash, sus pares de HaBait HaIehudí (Hogar Judío) e Ijud HaLehumí (Unidad Nacional) celebraron el nombramiento.
"Hay grandes desafíos de seguridad por delante, y desde mi conocimiento a su persona estoy seguro de que podrá enfrentarlos", afirmó Rafi Peretz, ministro de Educación y dirigente de HaBait HaIehudí. "Le deseo éxitos para abordar los desafíos que afronta Israel", completó Bezalel Smutrich, ministro de Transporte y líder de Ijud HaLehumí.
Desde el ala centro e izquierda la medida fue duramente criticada, especialmente desde Kajol Labán. Un miembro de ese partido sostuvo que es una "propuesta cínica derivada del interés personal" y que nombrar como ministro de Defensa "a un aprendiz es un acto indigno para un asunto tan sensible para el Estado de Israel".
"El país merece un primer ministro que ponga a Israel ante todo. Kajol Labán continuará esforzándose por formar un gobierno en general, y de unidad en particular", manifestó otra fuente del partido que lidera Benny Gantz, quien destacó que esta decisión "nos acerca a una tercera ronda electoral" y que "este es el primer ministro que trata de convencernos de que se aproxima un gran problema de seguridad".
Desde HaMajané HaDemokrati (Campo Democrático), la alianza de izquierda que incluye a Meretz y el ex primer ministro Ehud Barak, aseguraron que "nombrar ministros durante un gobierno de transición es antidemocrático" y que a partir de esto "Gantz debería actuar más enérgicamente para establecer un gobierno que ponga fin a la era de Netanyahu y devuelva a Israel al camino correcto".