El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, expresó su opinión el martes sobre una reciente decisión de la Corte Suprema que requiere que el gobierno reconozca las conversiones reformistas y conservadoras realizadas en Israel: podría llevar a que el país sea "invadido" por judíos conversos "falsos" de África .
La declaración de Netanyahu, realizada en una entrevista con el reportero del Jerusalem Post Lahav Harkov, se produjo aproximadamente una semana después de que la decisión judicial reavivara una batalla sobre la conversión judía entre los israelíes liberales y los aliados ultraortodoxos del primer ministro.
Los líderes ultraortodoxos no quieren que los referentes que no pertenecen a ese sector tengan control sobre quién es reconocido como judío en Israel. Los activistas liberales israelíes afirman que el cambio es muy necesario. El fallo de la Corte Suprema, aunque aplaudido por líderes no ortodoxos en Israel y en todo el mundo, tiene un alcance limitado: se aplica solo a los judíos que se han convertido por fuera de la ortodoxia dentro de las fronteras de Israel, que abarca a un pequeño número de personas. Aún así, los políticos y los líderes haredíes han criticado duramente la decisión, y un partido ultraortodoxo insinuó en un anuncio de campaña que los reformistas convertirían incluso a los perros al judaísmo.
La resistencia al fallo está relacionada con otro tema político candente en Israel: el estado de los solicitantes de asilo africanos en Israel, una población de aproximadamente 30.000 personas.
La semana pasada, el partido haredí Shas manifestó en Facebook, sin presentar evidencia alguna, que "miles de inmigrantes ilegales y trabajadores extranjeros harán la conversión al judaísmo reformista”.
Netanyahu se hizo eco de esa afirmación el martes. Sugirió que la decisión de la corte podría permitir a los solicitantes de asilo africanos aprovechar la Ley de Retorno de Israel, que otorga la ciudadanía automática a cualquier judío que la solicite.
“La verdadera pregunta que tenemos es [cómo] evitar las conversiones falsas que de personas que podrían ingresar al país”, declaró en la entrevista, que fue transmitida por el Salón Internacional de Tel Aviv. “Sabes, mucha gente quiere entrar a Israel. De hecho, construí una valla, que la llaman muro, pero evité la invasión de Israel, que es el único país del primer mundo al que puedes llegar caminando desde África. Habríamos tenido aquí ya un millón de inmigrantes ilegales de África y el Estado judío se habría derrumbado”.
Netanyahu se refería a la construcción de una valla hace varios años a lo largo de la frontera sur de Israel, que esencialmente detuvo la afluencia de decenas de miles de solicitantes de asilo africanos. Dicha valla fue construida debido a que en los años anteriores miles de personas de África habían ingresado al Estado judío ilegalmente.
Sin embargo, no hay evidencia de que un número significativo de africanos no judíos que viven en Israel hayan tratado de convertirse al judaísmo o hayan intentado obtener la ciudadanía a través de la conversión. El domingo, el rabino Gilad Kariv, un líder reformista que se postula para el Parlamento de Israel en la lista de Avodá, escribió en Facebook que “los movimientos conservadores y reformistas en el país sólo convierten a aquellos que tienen estatus de residencia. No migrantes laborales. No solicitantes de asilo. No turistas".
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El fallo de la Corte Suprema en favor de las conversiones conservadoras y reformistas generó polémica en Israel.
(EPA)
Sin embargo, cuando Harkov le preguntó a Netanyahu si estaba preocupado por la posibilidad de que los africanos vinieran a Israel y se convirtieran para obtener la ciudadanía, dijo: "No solo desde allí, se puede hacer en todo el mundo".
"Podemos resolver el problema de la conversión para todas las corrientes y todas las denominaciones en el judaísmo, pero también tenemos que proteger las fronteras de Israel para que no seamos invadidos", señaló. "Y creo que podemos encontrar un equilibrio”, añadió.
Netanyahu también dijo que los judíos no ortodoxos de fuera de Israel eran bienvenidos en el país en caso de querer inmigrar.
Los solicitantes de asilo, principalmente de Eritrea y Sudán, afirman que huyeron de la guerra y de regímenes opresivos, por lo que buscaron un refugio seguro en Israel. Sin embargo, el gobierno de Netanyahu ha afirmado que son migrantes económicos que llegaron a Israel en busca de trabajo. Las autoridades se han negado a reconocer a la gran mayoría de ellos como refugiados y los han definido oficialmente como "infiltrados". De hecho, han intentado deportarlos o instarlos a que abandonen el país voluntariamente.