La Autoridad Palestina (AP) trabaja desde hace dos años en un proyecto que pretende convertir a Jerusalem en la capital de un estado palestino en el año 2030.
Se trata de un plan estratégico de la AP para el “desarrollo del distrito de Jerusalem” cuyo costo fue presupuestado en 952 millones de dólares, y cuenta con el auspicio de la ONU y la Unión Europea. Contempla construcciones masivas, un nuevo edificio municipal y estaciones de policía palestinas, entre otras propuestas.
El territorio de Jerusalem, según el proyecto, incluye barrios de Jerusalem Este en el que actualmente residen palestinos, pero también la Ciudad Vieja y asentamientos judíos como Neve Yaakov, Pisgat Zeev, Mahale Adumim y hasta el edificio de la Universidad Hebrea instalado en el monte Scopus. Además, los planes de construcción masiva para población palestina incluyen el establecimiento de nuevos barrios en áreas a las que los palestinos no tienen acceso bajo ningún acuerdo, como Beit Hanina y Beit Safafa.
El programa también aborda temas de educación, salud, asistencia social, cultura, seguridad, comercio e industria, empleo, turismo, agricultura, recursos naturales, transporte, agua y alcantarillado, energía, comunicaciones y medio ambiente. Otra sección habla sobre el uso de los recursos naturales del Mar Muerto, y de hecho propone crear un municipio separado de Jerusalem.
La elaboración del plan fue financiada por un proyecto de la Unión Europea y gestionada por un programa de la ONU. Sin embargo los dos organismos internacionales aclararon que lo presentado en el documento del proyecto no refleja necesariamente la política oficial de los organismos firmantes.
Majdi Al Saleh, ministro de Gobiernos Locales de la Autoridad Palestina, afirma al comienzo del proyecto que “Jerusalem es y será la única capital del pueblo palestino”. Por su parte Adnan Ghaith, nombrado gobernador de Jerusalem por la AP, sostuvo en el proyecto: “Es necesario pasar de las respuestas a un estado de iniciativa, crear hechos sobre el terreno y fortalecer la resiliencia de los residentes de Jerusalem”.
A menos de 48 horas del Día de Jerusalem, la jornada que celebra la reunificación de la ciudad tras la Guerra de los Seis Días en 1967, Moshe Lion, alcalde de Jerusalem, compartió el artículo publicado en Ynet y respondió el proyecto: “En vísperas de la fiesta, aclaramos lo obvio: Jerusalem permanecerá unida como la capital de Israel. Punto.”
Según la doctora Anat Roth, directora ejecutiva del Foto Shiloh, un instituto de investigación y política de asentamientos, “el plan para convertir a Jerusalem en capital del estado palestino en 2030 es una idea que comenzó hace más de 20 años”. La especialista israelí afirmó que “durante todos los gobiernos israelíes los palestinos establecieron en Jerusalem una infraestructura que atenta contra la soberanía israelí en la ciudad, y hoy les permite pasar al siguiente nivel”.
Para Haim Silberstein, presidente de “Keep Jerusalem”, organización que aboga por la soberanía israelí sobre la ciudad, el proyecto palestino “es una subversión política de una entidad extranjera que opera dentro del territorio soberano de Israel”.
