El gobierno israelí votó el domingo para restablecer el uso de emergencia del rastreo de teléfonos celulares de aquellos que dieron positivo a la variante de coronavirus Ómicron por parte del Servicio de Seguridad Interior (Shin Bet), expresó la Oficina del Primer Ministro en un comunicado.
Sin embargo, a diferencia de las ocasiones anteriores en que se usó la herramienta, se limitará solo a aquellos que hayan dado positivo a la nueva cepa.
Los grupos de derechos humanos argumentaron que la medida es inconstitucional y que viola abiertamente los derechos civiles y las libertades de los ciudadanos.
Israel ha utilizado la práctica de rastrear a los pacientes confirmados de COVID-19 en los primeros días del brote de coronavirus el año pasado, insistiendo en que era una medida necesaria para realizar un seguimiento de la propagación de la infección.
Mientras tanto, los grupos de derechos humanos argumentaron que la medida es inconstitucional y que viola abiertamente los derechos civiles y las libertades de los ciudadanos.
La declaración de la oficina de Bennett indicó además que el Shin Bet no participará en el control del cumplimiento de la cuarentena en aquellos que hayan dado positivo por Ómicron, que ha sido clasificado como una "variante de preocupación" por la Organización Mundial de la Salud y se cree que es más contagiosa y más resistente a la vacuna que las anteriores.
El programa expirará el 2 de diciembre a la medianoche, pero también se reevaluará cada día. La medida también se dará por terminada en caso de una "gran ruptura", aunque no se dieron más detalles sobre el significado del término.
La oficina de Bennett señaló que existen varias restricciones en el uso de la herramienta y que la medida está coordinada con el fiscal general Avichai Mandelblit.
El ministro de Planificación Estratégica, Eli Avidar, acusó al director de la agencia de seguridad, Ronen Bar, de "enamorarse de esta herramienta"
La decisión de restablecer la política que no se había implementado durante mucho tiempo encontró una fuerte oposición de algunos miembros del gabinete. Los ministros Gideon Sa'ar, Yifat Shasha-Biton, Orna Barbivai y Eli Avidar votaron en contra de reanudar el rastreo por GPS de algunos portadores de coronavirus. Este último mantuvo una acalorada discusión con Bennett.
El ministro de Planificación Estratégica, Eli Avidar, acusó al director de la agencia de seguridad, Ronen Bar, de "enamorarse de esta herramienta".
Otros miembros del gabinete supuestamente defendieron a Bar, criticando a Avidar por su tono y, según trascendidos, Bennett le exclamó "no desacreditarás al jefe del Shin Bet, que hace un excelente trabajo. ¿Quién te crees que eres?".
Avidar, un fuerte crítico de la respuesta al coronavirus del gobierno anterior y un ardiente escéptico de la vacunación, instó a sus compañeros ministros antes de la reunión del gabinete a unirse a él en oposición al programa.
"Espero que todos los que se opusieron antes voten en contra hoy. El seguimiento del Shin Bet es un detrimento para la democracia", dijo.
Israel votó el sábado a favor de prohibir la entrada de extranjeros de todos los países en un esfuerzo por contener la amenaza de Ómicron.
La Asociación por los Derechos Civiles en Israel denunció la decisión del gobierno como "desafortunada e ilegal" y argumentó que la medida representa una violación a un fallo del Tribunal Superior de marzo pasado.
El grupo señaló que hasta ahora se ha descubierto que las investigaciones epidemiológicas son más efectivas y precisas que el rastreo de teléfonos celulares llevado a cabo por el Shin Bet.