Un grupo de jóvenes del campo de refugiados de Aqabat Jabr montó en enero un ataque fallido contra un restaurante en Jericó, popular entre los colonos israelíes, y poco después declaró su lealtad a Hamas. Esto resultó una sorpresa para sus familias y para Hamas.
"No eran miembros de Al Qassam hasta ese momento", señaló Wael Awdat, padre de Ibrahim y Rafat, dos miembros del grupo, usando el nombre del brazo armado de Hamás. "Tenían una vida normal. Esto fue algo personal", añadió.
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Hombres armados palestinos participan de un servicio conmemorativo, en el campamento de refugiados de Jenin, Cisjordania, en marzo de 2023.
(Reuters)
Su historia ilustra la compleja mezcla de acción espontánea y asociación entre facciones establecidas y nuevos grupos durante un aumento de la violencia en Cisjordania que ha alimentado los temores de una nueva intifada palestina para seguir los levantamientos de la década de 1980 y principios de la década de 2000.
Alienados del liderazgo palestino dominante y criados en una era de redes sociales, una nueva generación de palestinos han formado una serie de grupos terroristas, desde Lion's Den, con sede en Nablus, hasta la Brigada Jenin.
A menudo con sólo un puñado de combatientes, los grupos que surgieron en Cisjordania durante el año pasado sólo tienen vínculos sueltos con facciones terroristas establecidas como Hamas, Fatah o la Jihad Islámica.
Con una vigilancia estricta que hace imposible operar normalmente en Cisjordania, Hamás –que gobierna la bloqueada Franja de Gaza– depende de redes más flexibles e informales para evitar ser detectados, dijeron dos funcionarios de Hamas, que hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias israelíes.
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Palestinos armados que se enfrentaron con tropas israelíes, el 7 de marzo de este año, en Cisjordania.
(Reuters)
Un cuadro de Hamás en Jericó, normalmente una ciudad tranquila, popular como lugar de escapada de fin de semana cerca del Mar Muerto, dijo que el movimiento no sabía de la célula detrás del ataque al restaurante, pero añadió que "cualquier facción estaría feliz de reclamarlos como miembros".
Unos días después del ataque, que fracasó cuando un arma se atascó, los jóvenes del grupo murieron durante una incursión israelí.
"Todas las señales son que la Intifada está llegando", dijo el cuadro de Hamas que pidió no ser identificado. "Hay una nueva generación de personas que creen que la única solución es la lucha armada", consideró.
TikTok, carteles y canciones
Han proliferado las ramificaciones espontáneas de las facciones establecidas, como el previamente desconocido Batallón Aqabat Jabr, formado por los hermanos Awdat y sus amigos.
"Hoy tenemos una nueva generación que es consciente de la resistencia, y ésta es una generación que conoce la ferocidad de la ocupación", señaló un joven combatiente enmascarado en un mitin en Jenin este mes, con los colores de Al Qassam alrededor de su cabeza.
"No temen el arresto, la lesión o el martirio. No tienen miedo de nada", agregó.
Sin un liderazgo central, los grupos transmiten su mensaje a través de canciones, videos de TikTok y carteles de combatientes en las paredes, ofreciendo un modelo a los jóvenes enojados por lo que sienten como humillaciones repetidas por parte de soldados y colonos israelíes.
"El número de combatientes está creciendo todo el tiempo y el enemigo necesita saber que la violencia contra nuestra gente y nuestros campamentos está aumentando su número, no reduciéndolo", expresó un hombre armado, enmascarado, de la Brigada Jenin.
Durante el año pasado, las fuerzas israelíes han llevado a cabo redadas casi diarias en Cisjordania como parte de una represión iniciada a raíz de una serie de ataques mortales en Israel por parte de militantes palestinos.
Más de 200 palestinos, incluidos militantes y civiles, han sido asesinados, alrededor de 80 sólo este año, mientras que más de 40 israelíes y extranjeros han muerto en ataques de palestinos en Israel, Cisjordania o alrededor de Jerusalem.
A medida que se acerca el mes sagrado musulmán del Ramadán y la Pascua judía, los temores de más violencia han crecido, con una avalancha de armas de contrabando desde Siria, Líbano, Irak, Líbano, Jordania e Israel, dicen funcionarios palestinos e israelíes.
A medida que se acerca el mes sagrado musulmán del Ramadán y la Pascua judía, los temores de más violencia han crecido, con una avalancha de armas de contrabando desde Siria, Líbano, Irak, Líbano, Jordania e Israel
"Son armas adecuadas, son M16, Kalashnikovs, son pistolas, municiones, no son armas que puedes hacer en casa, son armas que los países compran", explicó un alto funcionario israelí, que habló bajo condición de no ser identificado.
Además, el oficial señaló que la nueva generación de militantes estaba utilizando las redes sociales de manera efectiva para movilizarse.
"Tenemos el arma más letal que hay, de la que nadie habla, que es el teléfono, por lo que en las redes sociales muy fácilmente las cosas pasan de mano en mano sobre TikTok, etc.", dijo.
Llamados a la calma
Si bien la falta de liderazgo ha reducido el enfoque político de los nuevos grupos, los oficiales israelíes dicen que su naturaleza fluida y el gran número de atacantes solitarios, sin conexiones conocidas, los han hecho mucho más difíciles de controlar.
Incidentes como el tiroteo del 26 de febrero, de dos israelíes en Cisjordania por un hombre armado de Hamas que desencadenó un alboroto de venganza por parte de cientos de colonos contra la cercana aldea palestina de Huwara, han demostrado la volatilidad de la situación.
La violencia ha sido constante, teniendo lugar en medio de una experiencia diaria para los palestinos de enfrentamientos con soldados en puestos de control que han intensificado la búsqueda de atacantes "lobos solitarios", o con colonos israelíes, algunos de los cuales se burlan y atacan a los palestinos con aparente impunidad.
A medida que un asesinato sucede a otro, ha habido súplicas cada vez más urgentes de calma por parte de una comunidad internacional alarmada. Pero ni Israel, ahora dirigido por uno de los gobiernos religiosos nacionalistas más derechistas de su historia, ni los combatientes palestinos, parecen dispuestos a retroceder.
"¿Qué temo? No, llevo mis armas y me opongo al ejército", dijo Ahmed Ghoneim, cuyos dos hermanos murieron en una incursión israelí en enero, en un desfile en el campamento de refugiados de Jenin el 3 de marzo para honrar a un fundador de la Brigada Jenin.
La manifestación fue una exhibición clásica de fuerza, con unos 250 combatientes de varias facciones desfilando en un patio, sus paredes cubiertas con fotos de sus muertos, posando con armas y los peinados recortados populares entre los jóvenes de Cisjordania.
Cuatro días después, las fuerzas de seguridad israelíes allanaron el campamento y mataron al menos a seis hombres armados, incluido el miembro de Hamas detrás del tiroteo de Huwara del 26 de febrero. Dos días después de eso, tres hombres armados de la Jihad Islámica murieron en una redada cercana y el domingo, tres militantes de Lion's Den murieron en un tiroteo con las fuerzas israelíes.
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Grupo de palestinos armados que participó del servicio conmemorativo realizado el 3 de marzo en Jenín, Cisjordania.
(Reuters)
La amargura se extiende
Los funcionarios israelíes a menudo culpan del aumento de la violencia a una Autoridad Palestina que nominalmente ejerce un grado limitado de gobierno en Cisjordania, pero que en realidad es efectivamente impotente en áreas conflictivas como Jenin.
Para empeorar las cosas, la Autoridad Palestina ha estado preocupada durante meses por el futuro de su presidente Mahmoud Abbas, de 87 años, cuya eventual salida corre el riesgo de desencadenar una lucha de poder entre facciones.
Por su parte, la AP dice que su control se ve constantemente socavado por las acciones israelíes, que debilitan su autoridad y alimentan el resentimiento entre los jóvenes, que ya luchan con un alto desempleo y escasas perspectivas.
La amargura ahora se ha extendido desde los márgenes radicales para afectar incluso a palestinos comparativamente acomodados, como los hermanos Awdat, ninguno de los cuales encajaba en el perfil clásico de jóvenes descontentos sin educación ni perspectivas.
La AP dice que su control se ve constantemente socavado por las acciones israelíes, que debilitan su autoridad
Hablando fuera de su casa en Aqabat Jabr, una zona relativamente tranquila que se asemeja más a una aldea rural que a los campamentos abarrotados en Nablus o Jenin, su padre, Wael Awdat, dijo que sus hijos parecían felices.
Ibrahim, de 27 años, operaba un negocio de camiones cisterna en Aqabat Jabr y, al igual que su hermano Rafat, de 22 años, un electricista, había hecho dos años de universidad. Un miembro de su célula tenía un negocio avícola y conducía un modelo reciente de BMW, contó Awdat.
"Es una buena vida aquí, es como una familia en el campamento", dijo. "Pero hay algo malo sucediendo todos los días. En algún momento, todos reaccionan", consideró.
