Israel informó este miércoles un plan de 1.300 millones de dólares para reducir el coste de la vida en Israel. El proyecto incluye recortes fiscales para las familias trabajadoras, subvenciones para el cuidado de los niños y una regulación más ágil para estimular la competencia en la reducción de precios de los productos.
El aumento de los precios despertó la ira de los israelíes que luchan por recuperarse del impacto económico de la pandemia del COVID-19, lo que provocó un enfrentamiento entre el gobierno de Naftali Bennett, y los principales proveedores e importadores de artículos para el hogar.
En una rueda de prensa televisada junto a Bennett, el ministro de Finanzas, Avigdor Lieberman, aseguró que el nuevo plan, de 4.400 millones de shekels (1.370 millones de dólares), ahorraría a la familia media israelí unos 10.488 shekels (3.270 dólares) al año.
El plan también incluye una reducción del coste de la electricidad suministrada por el Estado y la eliminación de las tasas aduaneras sobre una serie de importaciones de alimentos.
Bennett explicó que él plan ponía a las familias trabajadoras en el punto de mira de su gobierno con la intención de animar a los israelíes a trabajar y garantizar que puedan disfrutar de una existencia honorable.
El plan no especificaba la ayuda gubernamental a las empresas afectadas negativamente por la pandemia del coronavirus, pero Liberman informó que se abordaría en un futuro próximo, según los cálculos de necesidades reales.