El ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, dijo el domingo que el status quo actual en el Monte del Templo no cambiará y "permanecerá en su lugar".
La declaración de Barlev se produce después de meses de informes en los que se señalaba que fieles judíos rezaban abiertamente en el sitio sagrado, y la policía permitía que eso sucediera a pesar del acuerdo alcanzado con el Waqf, la fundación musulmana que administra el lugar. El tratado se logró poco después de la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel capturó el Monte del Templo de manos de Jordania.
“La policía ha trabajado para proteger el status quo, salvo en circunstancias excepcionales contra las que ha actuado”
Omer Barlev, ministro de Seguridad Pública
“La policía ha trabajado para proteger el status quo, salvo en circunstancias excepcionales contra las que ha actuado rápidamente”, dijo Barlev.
El Monte del Templo, conocido por los musulmanes como Mezquita Al-Aqsa, es el lugar más sagrado para los judíos y el tercer santuario más sagrado del islam.
Los grupos de derecha israelíes han estado trabajando para permitir que los judíos oren abiertamente en el lugar sagrado, en el que algunos judíos religiosos afirman que se debe erigir el Tercer Templo.
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Un grupo de judíos visita el Monte del Templo en abril.
(Fundación del Patrimonio del Monte del Templo)
Los judíos pueden visitar el lugar en pequeños grupos, protegidos por la policía para evitar enfrentamientos con fieles musulmanes
Los judíos pueden visitar el lugar en pequeños grupos, protegidos por la policía para evitar enfrentamientos con fieles musulmanes.
El frágil acuerdo ha prevalecido en el Monte del Templo: solo a los musulmanes se les permite rezar en el lugar, mientras que los judíos deben hacerlo en el Muro de los Lamentos, que se considera un remanente del Segundo Templo.
Los recientes enfrentamientos en el lugar fueron un catalizador para el inicio del conflicto de 11 días entre Israel y Hamás en mayo.
A principios de octubre, un tribunal de Jerusalem decidió levantar la prohibición de que los judíos rezaran en el Monte del Templo, un fallo que provocó la condena inmediata de la Autoridad Palestina y las advertencias del grupo terrorista Hamás, que gobierna en Gaza, de que renovaría los ataques si la decisión no era revertida.
Un tribunal de Jerusalem aceptó la moción del gobierno de revertir el fallo del tribunal inferior y mantuvo el status quo.