Miembros de la Knesset del partido Otsma Yehudit, que encabeza el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, abandonaron el parlamento y no participaron en la votación propuesta para el día de la fecha.
El motivo de otro boicot fue la intención del Ministerio de Finanzas de recortar el presupuesto del Ministerio de Desarrollo del Negev y Galilea, que es conducido por Yitzhak Wasserlauf también del partido de Ben Gvir.
El primer ministro Benjamin Netanyahu se reunió de urgencia con diputados de Otzma Yehudit y prometió encontrar una solución al problema.
Tras la reunión, Yaakov Bardugo, asesor de Netanyahu, y Ofir Katz, jefe de la coalición, intentaron convencer a Ben-Gvir de que volviera a votar, pero este se negó y manifestó que los intereses del Negév eran importantes para él.
Mientras tanto, parlamentarios de Otzma Yehudit arremetieron en Twitter contra el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, de Sionismo Religioso, con acusaciones de que no cumple con los acuerdos de coalición, daña el Negév y Galilea con sus acciones y lo instaron a no recortar los fondos para estas regiones.
Además, reprocharon a Smotrich que Orit Struk, que es miembro de su partido y encabeza el Ministerio de Asentamientos y Tareas Nacionales, recibirá 1.300 millones de shekels para su departamento.
Tras la negativa de Ben Gvir y sus aliados, el proyecto de ley del diputado de la oposición, Meir Cohen, de Yesh Atid, fue aprobado en lectura preliminar. El proyecto de ley otorga a los niños de familias socialmente débiles el derecho a ser diagnosticados con dificultades de aprendizaje.
No es la primera vez que el Partido Otzma Yehudit boicotea la votación en la Knesset. El 3 de mayo de 2023, el partido hizo lo mismo para protestar por lo que creía que era una respuesta israelí demasiado débil a los ataques con cohetes desde la Franja de Gaza
Otra crisis en el Likud
Además de las tensiones con el mencionado ministro de ultraderecha, personas cercanas al primer ministro aseguran que las relaciones entre Benjamin Netanyahu y el ministro de Justicia, Yariv Levin, se vuelven cada vez más calientes debido a los desacuerdos sobre el futuro de la reforma judicial.
En conversaciones privadas de los últimos días, como indica una publicación filtrada, Levin amenazó con dimitir si al menos una parte de la reforma no se aprobaba durante la sesión de verano de la Knesset, incluso de forma unilateral, sin acuerdos con la oposición. Sin embargo, las personas cercanas al primer ministro no están muy impresionadas con las declaraciones.
Allegados al jefe de Gobierno recordaron que Levin había amenazado con renunciar en el pasado, pero se abstuvo de tomar medidas activas, pues entiende perfectamente lo que esto significa en la práctica.
"Está claro que la renuncia de Levin significará el colapso del gobierno ”, dijo una fuente de alto rango de la coalición a Ynet. “Por lo tanto, lo más probable es que se abstenga de dar ese paso", agregó.
La publicación también cita una frase que supuestamente pronunció el propio Netanyahu al respecto: "Él [Levin] amenaza constantemente con renunciar y corre a decírselo a los periodistas. Bueno, que amenace. ¿Qué puedo decir?".
Levine cree que Netanyahu rompió la promesa que le hizo (de impulsar con todas sus fuerzas la reforma legal), primero deteniéndola y luego negándose por completo, "dada la constante caída del Likud en las encuestas de opinión pública".
Es importante recordar que Levin cuenta con el apoyo del jefe de la comisión legislativa, Simcha Rotman, quien deja claro que la reforma legal seguirá adelante, a pesar de las contradicciones con la oposición y aunque las negociaciones con el presidente Herzog no terminen en nada.