Horas después del asesinato de Shireen Abu Akleh, periodista de Al Jazeera que murió mientras cubría enfrentamientos entre palestinos y fuerzas israelíes en Jenín, una autopsia realizada por una organización palestina no arrojó resultados concluyentes sobre el origen del disparo mortal.
El Instituto de Patología de la Universidad An Najah, con sede en la ciudad palestina de Nablus, no encontró evidencias sobre un disparo realizado a corta distancia y por el momento no pudo demostrar si la bala salió de un arma empuñada por un combatiente israelí o por un palestino.
El doctor Rayan Al Ali afirmó que la bala estaba siendo examinada en un laboratorio de balística. Vía diplomática, bajo mediación y presión estadounidense, Israel inició contactos con la Autoridad Palestina (AP) para que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) puedan realizar su propio análisis balístico que permita determinar si esa bala pertenecía a sus fuerzas de seguridad.
“Por una cuestión de transparencia, el Estado de Israel ofreció que un representante de la Autoridad Palestina y un representante estadounidense estén presentes durante el proceso de examen forense de la bala”, afirmó una fuente de alto rango del sistema de seguridad israelí. Desde Jerusalem también expresaron su disposición a una investigación a través de un organismo internacional independiente, posiblemente estadounidense.
Israel inició contactos con la Autoridad Palestina para que las FDI puedan realizar su propio análisis balístico que permita determinar si esa bala pertenecía a sus fuerzas.
Riyad Mansour, embajador palestino ante la ONU, acusó a Israel ante el Consejo de Seguridad por la muerte de la periodista a través de una carta titulada “El asesinato de la periodista palestina Shireen Abu Akleh”. Gilad Erdan, embajador de Israel en la ONU, respondió que “la Autoridad Palestina se apresuró a acusar a Israel, sin ninguna capacidad para verificar los hechos”.
“Israel otorga una gran importancia a la protección de la libertad de prensa. Shireen Abu Akleh, reportera de Al Jazeera, fue asesinada en Jenin, una ciudad desde la que salieron muchos de los terroristas palestinos que recientemente asesinaron a 19 israelíes. Murió durante un operativo de seguridad contra el terrorismo y lamentamos su pérdida”, sostuvo Erdan.
El embajador israelí también pidió a la Autoridad Palestina “que actúe con transparencia” y denunció que desde Ramallah “se negaron” a realizar una investigación conjunta. “Esta muerte es una tragedia que nadie debería utilizar con fines políticos, especialmente aquellos que violan los derechos humanos a diario”, dijo.
El cuerpo de Abu Akleh fue trasladado de Nablus a Ramallah en donde será llevado en una procesión por las calles de la ciudad hasta la sede de Al Jazeera. El jueves se realizará una ceremonia oficial en presencia del presidente palestino Mahmoud Abbas. Luego el cuerpo de la periodista será trasladado para su entierro en Jerusalem Este, en donde ella residía.