Thomas Hand, padre de Emily, de 9 años, que fue liberada de Gaza el domingo, habló sobre el alcance del trauma físico y mental que había sufrido su hija mientras estaba cautiva de Hamás.
En declaraciones a CNN, el martes, Hand compartió que, al igual que otros cautivos, Emily perdió mucho peso. “Fue sólo cuando dio un paso atrás, que pude ver que su cara estaba cincelada, como la mía, mientras que antes era gordita, femenina, la cara de una niña pequeña”, relató.
Comentó que los rehenes tenían suficiente comida para sobrevivir y mucha agua para beber, pero Emily tenía tanta hambre todo el tiempo, que aprendió a amar el pan simple con aceite de oliva. “Siempre desayunaban, a veces almorzaban y a veces algo por la noche”, añadió Hand a CNN.
Hand compartió que, además de la piel pálida de su hija, debido a la falta de luz solar, lo que más lo sorprendió fue cómo hablaba: en un susurro.
“La parte más impactante e inquietante de conocerla fue que sólo estaba susurrando, no se la podía oír. Tuve que poner mi oreja en sus labios”, dijo. "Había sido condicionada a no hacer ningún ruido".
Agrega que Emily se sintió como si hubiera estado cautiva durante un año entero. “Aparte de los susurros, eso fue un puñetazo en el estómago."
Según él, Emily sostuvo que no la golpearon y que a ella y a los otros cautivos retenidos con ella no se les permitía hacer mucho más que dibujar o jugar juegos de cartas. Añadió que Emily ahora llama a Gaza "la caja".
Noam Or y su hermana Alma se aferraron al pensamiento de su madre
Durante 50 días, mantuvieron a los niños en una habitación aislada, con otro rehén que todavía está cautivo. Ahora, finalmente están en casa. Noam Or, de 16 años, y su hermana Alma, de 13, fueron liberados el sábado, en el acuerdo negociado por Catar y Estados Unidos para liberar a mujeres y niños secuestrados por terroristas de Hamás.
Pero las esperanzas de reunirse con su madre Yonat se desvanecieron cuando supieron que ella había sido asesinada en el Kibbutz Be'eri, en la masacre del 7 de octubre. Su padre, Dror, también fue secuestrado por Hamás y todavía se encuentra en cautiverio.
Ahal Besorai, el tío de Noam y Alma, comentó en una entrevista que la esperanza de ver a su madre los había mantenido fuertes durante las largas semanas. "La noticia de su fallecimiento fue un golpe devastador", afirmó.
"Cuando cruzaron la frontera por primera vez y se reunieron con su abuela y su hermano mayor, la primera noticia que tuvieron que afrontar fue el hecho de que su madre ya no está viva", comentó Besorai a CNN. "Ese fue un momento terriblemente emotivo y traumático para ellos”, añadió.
Ahal no reveló mucha información en la entrevista, por precaución en relación con los rehenes que aún están detenidos, pero apuntó que “no fue agradable, por decir lo menos. Fue horrible". Dijo que los niños y una mujer con la que habían estado cautivos llevaban un diario, pero se les prohibió llevárselo.
También comentó que a la mujer, que había sido un gran apoyo para los niños, no le dijeron que iban a ser liberados. Según el tío, a los niños les dijeron que los llevarían al baño, pero luego les vendaron los ojos y les ataron las manos.
Noam y Alma fueron sacados de su casa después de que ésta fuera incendiada. No sabían que su padre Dror también había sido secuestrado, hasta que regresaron.
“Cuando los terroristas de Hamás quemaron su casa para obligarlos a salir de la habitación segura, los niños saltaron por la ventana y trataron de esconderse en un lugar diferente, pero los encontraron y los llevaron a Gaza en un automóvil robado del kibutz. Pusieron a Noam en el maletero y a mi sobrina en el frente, con otros ocho terroristas de Hamás”, dijo Besorai.
Luego de una videollamada con los niños desde Filipinas, donde se encuentra actualmente, Besorai añadió: “Cuando la vi, la primera imagen de Alma en la pantalla fue sus ojos brillantes y su gran sonrisa. Obviamente perdió peso y se veía mucho más delgada, pero su hermosa sonrisa y sus ojos brillantes me endulzaron el corazón, así que me puse a llorar. Noam hablaba mucho y tenía ganas de compartir. Compartió algunas cosas personales por las que estaba pasando; tal vez hablar de ello por primera vez con alguien que lo ama y se preocupa por él lo ayudará a sanar”.