Este mediodía (miércoles), el primer ministro Naftali Bennett convocó a un debate para abordar el regreso a clases. En el encuentro estuvieron presentes la ministra de Educación, el director general del Ministerio de Educación, el presidente de la Federación de Autoridades Locales, representantes de padres y maestros y otros profesionales. Durante la reunión, Bennett dijo que quería un "esquema educativo claro" que fuera comprensible para cualquier padre, y advirtió contra la interrupción de los estudios. "Necesitamos permitir clases continuas", dijo. Y agregó: "De lo contrario, crearemos una generación de zombis”.
"Quiero ceñirme a una gestión de riesgos calculada y no a la histeria”
Naftali Bennett, primer ministro de Israel
Bennett explicó que el objetivo que estableció se puede lograr de dos maneras: un entendimiento común de todo lo que se requiere de las autoridades y una directiva que el público pueda cumplir. "No se trata de ecuaciones matemáticas, sino de un esquema claro y simple para su ejecución", sostuvo. "La directiva debe poder ser respetada por los ciudadanos sin problemas. Si no permitimos que los padres trabajen y que los niños acudan a la escuela y hay una sensación como de ruleta rusa, entonces no hemos hecho nada al respecto” para mejorar la situación, agregó.
“Pedí una prueba comparativa con los sistemas educativos avanzados de Occidente: Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos, con el fin de evitar los aislamientos por defecto y sustituirlos por una gran cantidad de pruebas de antígenos”, manifestó Bennett.
Durante la reunión, la ministra de Educación, Yifat Shasha-Bitton, y el presidente de la Federación de Autoridades Locales, Haim Bibas, pidieron presentar el plan de reducción del aislamiento ("Aula Verde"), previsto para mediados de octubre, inmediatamente después de las vacaciones de Sucot. Bennett respondió que consideraría adelantarlo tanto como fuera posible, pero señaló que prefiere esperar más tiempo. Además, solicitó a los directores de las escuelas paciencia y tolerancia. De acuerdo con el esquema del “Aula Verde”, un alumno infectado deberá quedarse en casa, mientras que sus amigos se someterán a pruebas diarias. Aquellos que obtengan un resultado negativo podrán acudir a la escuela.
Bennett aseveró: “Lo más sencillo es encerrar a todos e imponer directivas a la sociedad. Quiero ceñirme a una gestión de riesgos calculada y no a la histeria”. Y añadió: “Los primeros días de octubre serán complejos, pero intentaremos organizar el asunto de la mejor manera. Para eso necesitamos llevar a cabo una prueba piloto, no hay otra forma".