Después de una batalla de 52 horas con llamas implacables, el comisionado de Servicios de Bomberos y Rescate, Dedy Simhi, anunció el martes por la noche que finalmente se contuvo el incendio forestal en el área de Jerusalem. De este modo, se permitió que todos los residentes regresaran a sus hogares, con la excepción de los pacientes del Hospital Eitanim y de algunos hogares en Ramat Raziel y Givat Ya'arim.
Los equipos de salvataje aseguraron que 204 unidades, compuestas por alrededor de 1.500 bomberos y 20 bombarderos acuáticos, participaron en los esfuerzos para apagar el incendio en siete lugares diferentes.
Diez comunidades de la zona de la capital fueron evacuadas, entre ellas Kibbutz Tzova, Ein Nakuba, Ein Rafa, Ein Kerem, Givat Ya'arim, Beit Meir, Shoresh, Eitanim, Ramat Raziel y Shoeva. Una escuela y un hospital también fueron evacuados a medida que los incendios se extendían cerca de los mismos.
El incendio consumió más de 6.000 acres de tierra y el jefe de bomberos del distrito de Jerusalem, Nisim Twito, evaluó que la naturaleza tardaría décadas en recuperarse del extenso daño. "He visto cómo el pulmón verde del distrito de Jerusalem se vuelve negro entre las llamas", expresó el funcionario. Y añadió: "No es necesario ser un gran botánico para comprender que se necesitarán décadas para restaurar lo que se ha perdido".
La gran superficie quemada en las montañas de Jerusalem causó tanto una fuerte contaminación del aire en las ciudades circundantes como daños ecológicos a largo plazo. Además, la intensidad del fuego alcanzó las copas y quemó los árboles en toda su longitud.
Se cree que cientos de miles de animales, incluidas numerosas especies de reptiles, roedores, insectos y cientos de diferentes especies de mamíferos, murieron por el fuego. Los Servicios de Bomberos y Rescate dijeron que la devastación está a la par del incendio del Monte Carmelo de 2010, que se cobró la vida de 44 personas y quemó miles de acres de tierra.