Horas después de que los terroristas de Hamás atacaran el sur de Israel, el nuevo banco de sangre subterráneo y fortificado del país entró en acción. El personal trasladó el equipo al búnker subterráneo y comenzó a salvar vidas.
Se había programado la apertura del Centro Nacional de Servicios de Sangre Marcus en Ramla, cerca de Tel Aviv, en cuestión de días; pero con más de 1.400 personas muertas en Israel, desde los ataques de Hamás (la mayoría durante el ataque inicial), el cronograma cambió.
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El personal trabaja en el Centro Nacional de Servicios de Sangre Marcus de Magen David Adom, en Ramla, Israel.
(AP Foto/Bernat Armangue)
"Quedó muy claro que necesitábamos seguir adelante con los planes de guerra, porque éste era exactamente el momento, el evento para el cual fueron construidos", dijo la Dra. Eilat Shinar, directora de la división de servicios nacionales de sangre de Magen David Adom, la emergencia médica de Israel.
Ubicado a unos 15 metros (50 pies) bajo tierra, en su nivel más bajo, la moderna instalación de seis pisos y 135 millones de dólares está protegida de cohetes, misiles, ataques químicos y terremotos, lo que garantiza que el procesamiento de sangre pueda continuar cuando sea necesario.
Shiner expresó que el centro proporcionó decenas de miles de unidades de sangre en los días posteriores a los ataques de Hamás.
"Trabajamos muy duro para suministrarles todo lo que necesitaban. Tuvimos muchos heridos y hubo que tratarlos" comentó.
El antiguo banco de sangre, construido en la década de 1980, no pudo satisfacer las necesidades del país en tiempos de guerra y había quedado expuesto, pero no dañado, durante conflictos anteriores. Después de la tercera guerra de Israel contra Hamás, en 2014, cuando los cohetes alcanzaron Tel Aviv y otras ciudades importantes, comenzaron las discusiones sobre la necesidad de crear una instalación más protegida.
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Un empleado almacena y clasifica bolsas de sangre en el Centro Nacional de Servicios de Sangre Marcus del Magen David Adom
(AP Foto/Bernat Armangue)
El nuevo centro tiene capacidad para almacenar casi el doble de sangre que su predecesor (medio millón de unidades al año, en comparación con las 270.000) y procesó más sangre de la que jamás se mantuvo en las reservas de Israel.
"Había un entendimiento claro de que, debido a que los cohetes volaban cerca, cualquier otro lugar en el centro puede ser atacado", dijo Moshe Noyovich, ingeniero del proyecto y representante en Israel de los Amigos Estadounidenses de Magen David Adom, que financió, principalmente, el nuevo centro.
"En el pasado, cada vez que se disparaban cohetes contra Israel, tenía que trasladarse el equipo a un búnker para seguir trabajando. Ahora pueden operar sin interrupciones" afirmó.
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Un israelí dona sangre en el centro Magen David Adom, en el Kibbutz Mahanaim, al norte de Israel.
(EPA/ATEF SAFADI)
El nuevo edificio de acero y hormigón de 51.000 metros cuadrados procesa toda la sangre donada por Israel. Tiene un centro de transporte, un laboratorio molecular, un sistema de filtración de aire que permite al personal continuar trabajando, incluso, en caso de una guerra química o biológica, y una sala segura de 300 metros cuadrados protegida contra las más fuertes amenazas.
Israel prometió aplastar a Hamás en Gaza. El grupo terrorista islámico pidió la destrucción de Israel. Y a medida que las tropas israelíes avanzan más hacia la Franja de Gaza, el centro se prepara para un posible aumento de víctimas que podrían necesitar transfusiones.
Desde que comenzó la guerra, miles de personas hicieron cola durante horas para donar sangre. A principios de octubre, el centro recibió 5.000 unidades de sangre en un día, cinco veces más de lo habitual, según informó su personal. Los donantes ideales son aquellos con tipo O, que se pueden administrar de forma segura a cualquier persona.
Una vez donada la sangre, se transfiere a los hospitales y se entrega directamente al ejército israelí para tratar a los soldados heridos en el campo de batalla.
"Durante la guerra, la sangre forma parte del proceso de reanimación y la idea es tener un stock para poder donar sangre tan pronto como sea necesario", dijo Guillemette Thomas, coordinadora médica de Médicos Sin Fronteras.