En un movimiento inusual, el ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Sa'ar, ordenó el cierre de la embajada israelí en Irlanda, uno de los países más hostiles a Israel en Europa. El Ministerio de Relaciones Exteriores dijo en un comunicado que "la decisión de cerrar la embajada israelí en Dublín se tomó a la luz de la política extrema antiisraelí del gobierno irlandés".
El Ministerio de Relaciones Exteriores mencionó que el embajador de Israel en Dublín, Dana Erlich, fue devuelto a Israel en ese momento tras la decisión de Irlanda de reconocer unilateralmente un estado palestino. A finales de octubre del año pasado, y apenas tres semanas después de la masacre de Hamás, hubo muchos llamamientos en Irlanda para la expulsión del embajador. La semana pasada, Irlanda anunció que se había unido a la demanda de Sudáfrica contra Israel en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en la que se acusa a Israel de genocidio.
"Las acciones antisemitas y la retórica de Irlanda contra Israel se basan en la deslegitimación y demonización del Estado judío y en un doble rasero", dijo Saar. "Irlanda ha cruzado todas las líneas rojas en su actitud hacia Israel. Invertiremos recursos en promover las relaciones bilaterales con los países del mundo de acuerdo con las prioridades que también se derivan de la actitud de los diversos países hacia él", añadió.
Al mismo tiempo, Sa'ar anunció la apertura de una nueva embajada israelí en Moldavia. "Las relaciones entre Israel y Moldavia son amistosas, y ambos países están interesados en expandirlas y profundizarlas. Moldavia ya tiene una embajada en Israel, y ha llegado el momento de que Israel tenga una embajada en Moldavia", expresó Sa'ar. "Hay países que están interesados en fortalecer sus lazos con Israel y aún no tienen una embajada israelí. Ajustaremos el sistema diplomático israelí de nuestras misiones, al tiempo que daremos peso, entre otras cosas, a las actitudes y acciones de los diversos países hacia Israel en la arena política", dijo después.
El primer ministro irlandés, Simon Harris, comentó sobre la medida, y señaló: "La decisión de Israel de cerrar la embajada de Dublín es muy lamentable".
Hace dos meses, el Ministerio de Asuntos Exteriores llamó a consultas a la embajadora de Israel en Dublín, Dana Erlich, en protesta por el reconocimiento de Irlanda de un Estado palestino. Ynet se enteró en ese momento que el embajador irlandés no estaba en Israel. Después de que ella regresó para las consultas, quedó claro que Erlich se había mudado a Londres y desde allí continuó lidiando con las relaciones entre Israel e Irlanda, que se encuentran en una crisis continua.
Erlich, considerada una diplomática muy respetado, también continuó dando entrevistas a medios de comunicación en Irlanda y defendió a Israel casi con vehemencia, en uno de los países más hostiles a Israel en Europa.
Tras tres meses en un hotel de Londres, la jefatura del Ministerio de Asuntos Exteriores decidió trasladar a Erlich a Madrid para que viviera en la casa vacía del embajador en España. A partir de ahí, Erlich continuó ocupándose de las relaciones entre Israel e Irlanda. La razón por la que no fue devuelta a Israel se debió a la negativa del Ministerio de Finanzas a pagar los salarios en el extranjero a los embajadores que fueron devueltos por una razón u otra, pero que están "sentados en sus maletas" y esperando en Israel. Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores dijeron: "Erlich continúa haciendo un muy buen trabajo con Irlanda, en condiciones difíciles. Vive en la residencia del embajador en Madrid y trabaja desde las oficinas de la embajada".
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Michael Higgins, presidente de Irlanda, no pierde oportunidad de arremeter contra Israel.
(Ynet)
A principios de octubre, el feroz conflicto con el país estalló de nuevo, cuando Israel exigió que la FPNUL evacuara cinco kilómetros al norte, y los soldados irlandeses, que forman parte de la fuerza de la FPNUL, se negaron rotundamente, y el presidente irlandés no perdió la oportunidad de volver a atacar Jerusalén.
En ese momento, el gobierno de Dublín informó oficialmente a Israel que se negaba a evacuar a los soldados irlandeses y que permanecerían en su lugar. Este enfrentamiento se convirtió en una batalla de acusaciones entre la embajada israelí en Dublín y el presidente antiisraelí de Irlanda, Michael Higgins.
Higgins, que en septiembre acusó a la embajada israelí en su país de filtrar su telegrama de felicitación al presidente iraní a pesar de que la propia embajada iraní lo publicó en su cuenta X, atacó a Israel por la exigencia de evacuar a los soldados irlandeses, y la calificó de escandalosa.
