Jenin, ubicado al norte de Cisjordania, es uno de los campos de refugiados palestinos más conocidos. El campamento, que se encuentra en un área de no más de un kilómetro cuadrado, alberga aproximadamente a 17.000 personas y ha sido testigo de capítulo muy violentos entre fuerzas israelíes y ciudadanos palestinos.
En 2002, durante la Segunda Intifada, Israel llevó a cabo en la aldea una operación militar masiva. Durante la misma, decenas de palestinos murieron y cientos fueron arrestados. Las Fuerzas de Defensa de Israel afirmaron que al menos 23 de sus soldados, entre ellos 13 reservistas, murieron en la ciudad ese día.
Casi 20 años después, la tensión se disparó de nuevo en la ciudad de Jenin y el campo de refugiados cuando el mes pasado seis prisioneros palestinos escaparon de una prisión israelí. Todos fueron capturados, pero los dos últimos reclusos, que fueron capturados dos semanas después de la fuga, buscaron refugio en el campo y la ciudad.
Jamal Hwail, que pasó 11 años en una prisión israelí y es amigo cercano de uno de los fugitivos, Zakaria Zubeidi, dijo que tras el atrevido intento de fuga, el campamento se convirtió en una "bomba de tiempo". "Siempre ha sido tenso, pero la operación heroica y el posterior enfoque en la ciudad y el campamento aumentaron la tensión", afirmó.
Hwail, quien es miembro del Consejo de la Revolución de Fatah y exmiembro del Consejo Legislativo Palestino que está activo en el campo de refugiados, advirtió sobre una inminente erupción y enfrentamiento armado entre los combatientes locales y las fuerzas israelíes.
Además, señaló que las continuas incursiones militares israelíes en el campo y el arresto de activistas mantienen la situación a fuego lento. "Es inevitable y puede extenderse al resto de Cisjordania debido a la continuidad de la ocupación", exclamó.
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Hombres armados enmascarados de diferentes facciones palestinas hablan con el reportero de The Media Line, Mohammad Al-Kassim.
(The Media Line)
Hwail, quien da clases en la Universidad Americana en Jenin, opinó que "las violaciones israelíes contra los palestinos, la ausencia de una resolución política y otras razones sociales y económicas empujan a enfrentar la ocupación". También deslizó que existe un estado general de frustración entre los jóvenes del campamento debido a la deprimida situación económica dentro del mismo.
“Los residentes del campo son refugiados, y mientras no haya una solución política, surgirán otros problemas. Vivimos en vecindarios superpoblados, hay falta de empleo y no hay una fuente real de sustento, la situación económica es mala y la pobreza es la mejor incubadora de drogas y extremismo”, continuó Hwail.
Exclusión y marginalidad
Jenin ha sido una fuente importante de dolores de cabeza para el presidente palestino Mahmoud Abbas y sus fuerzas de seguridad. Sucede que muchos residentes de la ciudad y el campamento acusan a la Autoridad Palestina de marginarlos y dejarlos fuera del plan económico de Cisjordania.
Abdul Rahman Faraj, de 21 años, fue arrestado por las Fuerzas de Defensa de Israel: pasó dieciocho meses en prisión y luego fue puesto en libertad sin cargos. El joven contó que no tiene trabajo y que está luchando porque las oportunidades laborales en el campamento son casi inexistentes. “No tengo ambiciones, por lo que en cualquier momento podría ser martirizado”, afirmó.
Su amigo, Islam Dabaya, de 22 años, también desempleado, recordó que cuando tenía 16 años fue herido de gravedad en la espalda por disparos israelíes. En ese sentido, cree que los hombres de su edad de la aldea están "en (continuo) riesgo de ser heridos, arrestados o martirizados".
Dabaya pinta un cuadro oscuro para su futuro y el futuro de quienes viven en el campo de refugiados. “Estamos aquí en el campamento esperando la muerte. No trabajamos y no tenemos responsabilidades. Vivimos sin esperanza”, sentenció.
Una olla a presión
Durante los últimos meses, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han intensificado sus operaciones en el área de Jenin, y eso ha generado un importante malestar. En el campo de refugiados, la mayoría de los combatientes están afiliados al movimiento gobernante Fatah, pero las Brigadas Al-Quds, el brazo militar de la Jihad Islámica, están ganando terreno, al igual que Hamás, que también tiene una presencia cada vez mayor.
Docenas de jóvenes palestinos armados enmascarados deambulan libremente por las calles y callejones estrechos del campo de refugiados de Jenin. Por caso, abrazando su M-16, Bahaa Sabarini, quien perdió a su hermano Deyaa en un tiroteo en agosto con las fuerzas israelíes, dijo durante un servicio en memoria de su hermano que no "retrocederá" y continuará en el mismo sendero.
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El líder palestino Mahmoud Abbas durante una visita de campaña al campo de refugiados de Jenin.
(AP)
“Tenemos un mensaje para el Estado ocupante y es que en el campamento de Jenin nos mantendremos firmes y continuaremos resistiendo hasta el último día de nuestras vidas. No tenemos miedo y todo el campo quiere el martirio”, dijo.
Muchos de los hombres armados tienen entre 16 y 30 años, provienen de familias pobres que tienen dificultades económicas y han perdido a un padre, un hermano o un familiar cercano durante los enfrentamientos con las fuerzas israelíes.
Hwail dice que los medios israelíes retratan negativamente a los residentes del campo de refugiados. “Exageran la cantidad de armas y combatientes en la ciudad y el campamento, haciendo que parezca que tenemos un ejército", opinó. Además, explicó que la creciente tensión en Jenin es el resultado de la política de Israel hacia los palestinos en diferentes partes de Cisjordania.
"A los ojos de muchos, el campo de Jenin es la capital de la resistencia y la lucha armada palestina, y un recordatorio constante para el pueblo palestino de que la unidad y la resistencia nacionales son la solución a la ocupación", dijo Hwail.
Un enorme desafío para Israel
De esta forma, las FDI se enfrentan a un verdadero desafío en la ciudad de Jenin y en su campamento. A diferencia de otras áreas de Cisjordania, donde no hay grandes enfrentamientos cuando entra el ejército israelí, los soldados siempre reciben piedras y bombas incendiarias, lo que hace que el asalto al campo sea costoso.
El verano pasado, un sangriento enfrentamiento al amanecer entre soldados israelíes y palestinos dentro del campo dejó cuatro residentes palestinos muertos. En ese sentido, Sabarini advierte al ejército israelí que no intente asaltar nuevamente el campamento, diciendo que los combatientes no se quedarán de brazos cruzados.
“Mi mensaje a los israelíes es que, en cualquier intento de asaltar el campamento, los estaremos esperando atentos y resistiremos con todas nuestras fuerzas. Israel es un enemigo que solo entiende el lenguaje de la sangre”, concluyó.