En las primeras horas del jueves, alrededor de las 4 de la mañana, las sirenas de seguridad se escucharon en Ashkelon, Sderot y otras localidades del sur de Israel debido al lanzamiento de seis cohetes desde la Franja de Gaza hacia territorio israelí.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que cinco de los misiles fueron interceptados por el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, mientras que el proyectil restante cayó en un área abierta, sin riesgo para la población civil. En respuesta, durante la mañana el ejército israelí bombardeó bases de Hamás en el centro y norte del enclave palestino.
Si bien los disparos hacia territorio israelí fueron reivindicados por la organización terrorista Yihad Islámica, las FDI aclararon que la respuesta fue hacia objetivos de Hamás porque dicho movimiento es "el responsable de la Franja de Gaza y quién pagará el precio de las violaciones de seguridad contra el Estado de Israel". El ejército remarcó que uno de los complejos atacados sirve para almacenar armas y está ubicado cerca de una mezquita, una clínica, una escuela, un hotel y una comisaría; hecho que “una vez más prueba que la organización terrorista Hamás coloca sus activos militares en el corazón de la población civil”.
(Disparos de cohetes desde Gaza hacia Israel)
El ataque al sur de Israel se produjo menos de un día después de un operativo antiterrorista en Nablus, Cisjordania, en el que murieron 11 palestinos, la mayoría de ellos agentes terroristas de la organización “Guarida de los Leones”, y alrededor de 100 personas resultaron heridas. Reportes palestinos afirman que al menos tres de las víctimas mortales no estaban involucradas en los enfrentamientos, entre ellos tres hombres de 61, 66 y 72 años.
El saldo mortal del inusual operativo en Nablus, realizado a plena luz del día, generó temores de venganza similares a otras operaciones en las que se registró un costo alto de víctimas palestinas. Además de los disparos de cohetes, anoche desde un vehículo atacaron con disparos a un puesto de control israelí en Homesh, en la región de Samaria (Cisjordania), y en la mañana del jueves una mujer palestina de 27 años fue neutralizada con un disparo en la parte inferior de su cuerpo luego de que intentó apuñalar a un agente israelí en un puesto de control en la ciudad de Maaleh Adumim, a las afueras de Jerusalem.
El saldo mortal del inusual operativo en Nablus, realizado a plena luz del día, generó temores de venganza similares a otras operaciones en las que se registró un costo alto de víctimas palestinas.
Un oficial militar de alto rango advirtió ayer que el establecimiento de seguridad de Israel podría enfrentarse a una escalada de violencia en vísperas del mes musulmán de Ramadán que comenzará el 22 de marzo. “El material inflamable ya está, estamos ante los mismos fenómenos que se vivieron el año pasado y todo lo que se necesita es un fósforo”, dijo.
A pesar del éxito operativo de la incursión en Nablus, ya que fueron eliminados los terroristas buscados, las muertes palestinas son una tendencia que preocupa mucho al establecimiento de seguridad israelí: según datos de las FDI en todo 2022 hubo 162 muertes palestinas en Judea y Samaria, y este año ya se produjeron 56, que se convierten en 61 si se incluye a Jerusalem Este en la estadística. Se trata de una tasa cercana a una muerte por día.
En las últimas horas desde Estados Unidos manifestaron su preocupación por el elevado número de víctimas de las últimas semanas en el conflicto entre Israel y los palestinos, y pidieron a las partes actuar para calmar las tensiones. Altos funcionarios israelíes y palestinos mantuvieron conversaciones en busca de un entendimiento que logre calmar las tensiones en vísperas de Ramadán y la festividad judía de Pésaj.
Si bien en los últimos días desde Israel se enviaron mensajes a la Autoridad Palestina sobre las intenciones de evitar una escalada, tras el operativo de Nablus un funcionario palestino declaró que la incursión militar atenta contra los acercamientos. “Se suponía que el 26 de este mes se firmaría un nuevo acuerdo entre Israel y la Autoridad Palestina, pero Israel nos traicionó con su operación en Nablus”, afirmó Abbas Zaki, miembro del Fatah, partido que gobierna en la AP.
Si bien no está claro a qué acuerdo hace referencia Zaki, se estima que se trata de un regreso a la coordinación en materia de seguridad en Cisjordania, tarea en conjunto entre las fuerzas israelíes y palestinas congelada hace un mes por Ramallah, tras un operativo antiterrorista en Jenín en el que murieron 10 palestinos en enfrentamientos con las FDI.
