La aldea palestina de Burukin en Cisjordania, donde residía el terrorista Nael Samara –que asesinó a Tzala Gaz en un ataque a tiros– se ha convertido en el foco de incidentes criminales nacionales por parte de los extremistas en los últimos días. Aunque la ecuación de las operaciones finales se conoce de antemano – como ya ha sucedido en Huwara y Funduk– no se ha frustrado, y hasta ahora no se ha arrestado a ningún sospechoso después de los eventos violentos.
Una fuente de seguridad dijo: "Estos incidentes deben detenerse, tienen el potencial de provocar disturbios. Tal cosa puede conducir a perturbaciones de la paz y una serie de ataques. Todo esto, mientras estamos librando una guerra en el sur. En lugar de soldados que luchan contra el terrorismo, deberían llevar a cabo misiones policiales y hacer frente a la delincuencia nacionalista".
Aproximadamente una semana después del ataque, en la noche del jueves al viernes, unos 40 colonos se dirigieron a la aldea de Burukin. Entraron en la aldea después de que las FDI terminaran de mapear las casas de los dos terroristas que habían ayudado a Samara, y se fueron después de que las fuerzas de las FDI regresaran a la zona. Los palestinos informaron que cinco casas y al menos cinco vehículos habían sido incendiados, sin que hubiera víctimas. En el momento del incendio provocado, los residentes de Burukin llegaron y se enfrentaron con los jóvenes alborotadores. que no eran de la comunidad, y los expulsaron. Y uno de los residentes incluso fue agregido por gas pimienta durante los enfrentamientos.
No se realizaron arrestos en el incidente, en tanto ayer se reportó otro incidente. Alrededor de las 2 de la madrugada, decenas de jóvenes descendieron de nuevo a las afueras de la aldea y se enfrentaron con los aldeanos. Los bandos se lanzaron piedras y una casa palestina fue incendiada. Según los informes, cinco palestinos resultaron heridos leves. Esta vez, también, se abrió una investigación, pero no se realizaron arrestos.
Incluso antes de eso, el jueves, los palestinos informaron de disturbios. La agencia de noticias palestina Awada afirmó que "colonos israelíes prendieron fuego a un automóvil e intentaron incendiar una mezquita entre las aldeas de Osrin y Aqraba, al sur de Nablus". Las imágenes publicadas desde el lugar muestran que la fachada occidental de la mezquita en la aldea de Aqraba fue incendiada y que un vehículo fue incendiado. Según la documentación, se pintaron grafitis en la mezquita con leyendas como "Am Israel Jai" y "Venganza de Tzala Gaz", entre otras.
Tras el primer incidente en Burukin, los agentes de seguridad explicaron que evitaron un incidente más grave y lo detuvieron a tiempo antes de que se deslizara, por lo que no terminó como los disturbios de Huwara en febrero de 2023, sino "sólo" con el incendio de cinco vehículos. Sin embargo, en los últimos dos años se ha creado una ecuación seria, según la cual después de cada ataque hay un precio, y el establecimiento de seguridad, sin embargo, aún no tiene la capacidad de detener algo que está tan anunciado.
Además, en casi todos los incidentes producidos no se registran detenciones ni medidas policiales y apenas hay acusaciones. En el pasado, el Shin Bet ha hablado en varios foros sobre el hecho de que se quedaron sin una orden de detención administrativa, después de que el ministro de Defensa Katz cancelara su uso contra los judíos, y por lo tanto sólo les quedan las deportaciones. Los colonos amotinados ya se han acostumbrado, e incluso cuando los sospechosos de tales incidentes son arrestados, generalmente son liberados después de unos días, sin acusaciones.
