El Movimiento Islámico y su ala política, el partido Ra'am, criticaron el domingo la decisión del gobierno de permitir que los fieles judíos visitaran el Monte del Templo y el complejo de la mezquita Al-Asqa durante la conmemoración de Tisha B'Av.
"La mezquita de Al-Aqsa, en sus 144 dunams [35 acres], es propiedad exclusiva de los musulmanes, y nadie más tiene ningún derecho sobre ella", expresó el partido islamista en respuesta a la peregrinación de cientos de fieles judíos al sitio donde se encontraba el Segundo Templo antes de su destrucción por parte del Imperio Romano.
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Peregrinos judíos en el Monte del Templo durante la conmemoración de Tisha B'Av.
(AP)
Jordania también condenó la presencia de peregrinos judíos, enviando una carta de protesta contra las “violaciones” israelíes en el Monte del Templo
Según el statu quo, el Waqf, la autoridad religiosa islámica jordana, tiene la responsabilidad del sitio, que ha estado en vigor desde que Israel decidió no hacer valer sus derechos sobre el complejo después de capturarlo en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Cualquier presencia judía en lo que es el lugar más sagrado del judaísmo generalmente se considera una "provocación" y una razón para generar disturbios.
Ra'am se opuso a que la policía de Israel despejara el área de palestinos que arrojaban piedras el domingo por la mañana y a la presencia de miembros judíos de la Knesset, algunos de los cuales cantaron "Hatikvah", el himno nacional de Israel.
Ra'am sostuvo que tales acciones podrían conducir a una nueva escalada de violencia entre israelíes y palestinos.
"Los eventos que puedan resultar de esto podrían avivar las llamas en Jerusalem y en toda la región, lo que provocaría una guerra religiosa catastrófica", manifestó Ra'am.
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Combatientes de la Policía de Fronteras detienen a un alborotador palestino en el Monte del Templo.
(AFP)
Por su parte, Jordania también condenó la presencia de peregrinos judíos, enviando una carta de protesta contra las “violaciones” israelíes en el Monte del Templo, incluido el “asalto al recinto sagrado por parte de colonos extremistas bajo protección policial israelí”, informó el Jerusalem Post.
Cabe señalar que los visitantes judíos no pueden asaltar el área, ya que hay sólo una entrada al sitio a través de una pasarela de madera destartalada que necesita ser reemplazada, por lo que las fuerzas policiales vigilan a todos los grupos, incluidos los judíos, que acuden al lugar sagrado.
