Decenas de miles de manifestantes inundaron las calles de Londres al grito de "Palestina libre" en una ferviente manifestación que incluía consignas contra Israel y, en las afueras de la ciudad, contra los judíos.
Se trata de la protesta anti-israelí más importante desde el comienzo de la guerra y reflejó un arraigado sentimiento británico en apoyo a los palestinos.
¿Cómo hemos llegado a una situación en la que el público israelí desaprueba a los medios de comunicación británicos, percibiéndolos como tendenciosos y respaldando narrativas afines a Hamás? Esta situación es desconcertante, sobre todo teniendo en cuenta la fuerte alianza de Gran Bretaña con Estados Unidos. A pesar de ser una nación en la que residen y visitan israelíes, de alguna manera se ha convertido en un símbolo del sentimiento antiisraelí en Europa.
El Dr. Shmuel Lederman, investigador del Foro de Pensamiento Regional, señala que "para entender la dinámica en las Islas Británicas hay que distinguir entre Irlanda e Inglaterra. En Irlanda, el sentimiento antiisraelí procede de su identificación como nación conquistada por Gran Bretaña.
"Perciben la lucha palestina como análoga a su propia lucha histórica y se alinean naturalmente con este bando del conflicto. Aunque no todos los irlandeses se oponen necesariamente a Israel, este punto de vista prevalece y se refleja también en las posturas adoptadas por los políticos locales. Su percepción está influida por el recuerdo del colonialismo británico que una vez los gobernó, lo que les lleva a ver a Israel como una entidad autoritaria sobre los palestinos, semejante a una colonia. Esta sólida conciencia anticolonial constituye la base de su postura propalestina", explica.
¿Qué está ocurriendo en Inglaterra?
"En Inglaterra, la situación es compleja. Por un lado, hay comunidades musulmanas que simpatizan naturalmente con los palestinos, y que constituyen la mayoría de los que se ven protestando en las calles. La causa palestina y los lugares santos tienen una importancia significativa en la conciencia islámica internacional, y se aborda constantemente de una forma u otra. En general, se puede observar que si eres musulmán en Gran Bretaña, es probable que apoyes a los palestinos. Sin embargo, es importante señalar que esto no significa un respaldo automático a las acciones de Hamás, sino más bien una tendencia a considerar a los palestinos como víctimas".
La perspectiva de los musulmanes es comprensible, pero ¿por qué muchos ingleses no musulmanes también albergan sentimientos antiisraelíes?
"Acá entran en juego dinámicas complejas, y es esencial comprender los procesos que se han desarrollado en la izquierda global durante las últimas tres décadas. Prácticamente todos los aspectos de la agenda de la izquierda global están entrelazados con el apoyo a los palestinos. Tomemos, por ejemplo, la cuestión de la guerra de Iraq, en la que también participó Gran Bretaña. Según el análisis de la izquierda, estaba vinculada principalmente al petróleo y no a la lucha contra el terrorismo, considerada como una perpetuación del imperialismo estadounidense. Perciben un paralelismo en nuestro conflicto: el poder militar israelí, respaldado por Estados Unidos y Gran Bretaña, es visto como parte del imperialismo occidental. Para algunos, Israel sirve de campo de pruebas para armas que luego se venden a diversos regímenes cuestionables. Además, surgen críticas de los movimientos anti-corporativos y anti-militaristas, con Israel a menudo en el centro de estas discusiones".
Entonces, ¿deben decir los israelíes: "has cometido crímenes en el pasado y ahora intentas limpiar tu conciencia a nuestra costa".
"Es obvio que encontrar la paz mental a costa de los demás es una realidad directa, y esta perspectiva es totalmente válida, como reconocen los israelíes. Sin embargo, estas perspectivas no deben descartarse. Sus intenciones son esencialmente nobles; esta perspectiva se alinea con su visión del mundo, y es natural que analicen la situación y apoyen a los palestinos. El problema surge cuando algunos se vuelven tan firmes en su agenda que ni siquiera pueden realizar el acto humano fundamental de condenar el terrorismo y las víctimas civiles".
Uno podría rebatir sus argumentos señalando que hablar de derechos humanos, igualdad y libertad es encomiable. Sin embargo, ¿dónde está el apoyo cuando los ciudadanos de Gaza viven bajo el dominio de una organización terrorista?
"Es un punto válido, pero algunas personas no profundizan en las complejidades y perciben a Hamás como una organización de resistencia, un movimiento nacional que recuerda a las luchas anticoloniales del pasado. Reconocen que los movimientos de resistencia del pasado han recurrido a la violencia, y ven a Hamás a través de este prisma histórico mientras pasan por alto sus acciones en Gaza. Esta perspectiva simplifica demasiado la situación. En mi opinión, muchos desconocen la realidad de Gaza y se centran únicamente en el conflicto con Israel. Algunos intentan resolverlo afirmando: 'estamos con el pueblo de Gaza, no con Hamás'".
Los medios de comunicación británicos
En el contexto de los medios de comunicación británicos, los frecuentes enfrentamientos de Naftali Bennett con la BBC, la cobertura inexacta por parte de la cadena del bombardeo del hospital de Gaza y los titulares del periódico "The Guardian" durante los últimos años han suscitado preocupación entre el público israelí. Éstos tienden a considerar que la mayoría de los medios de comunicación británicos están sesgados a favor de los palestinos.
La sorprendente observación de Lederman revela que los palestinos también tienen sus quejas, pues perciben a los medios de comunicación destacados como proisraelíes.
"Es puramente una cuestión de perspectiva. Los israelíes ven firmemente a todo Hamás como terroristas, mientras que desde el punto de vista de la BBC, que pretende mantener la neutralidad y la credibilidad entre el mayor número posible de espectadores, su política de siempre se abstiene de etiquetar a nadie como terrorista. Esto no implica un sentimiento antiisraelí, sino un esfuerzo por mantenerse imparcial. Entiendo la perspectiva israelí, pero ésta es la política de la BBC. En las entrevistas con palestinos, la mayoría de las preguntas de los entrevistadores giran en torno a los acontecimientos del 7 de octubre. Los palestinos argumentan que este enfoque es erróneo y consideran que cualquier entrevista que no comience con la ocupación o incluso la Nakba es antipalestina", sostiene Lederman.
Imaginemos un escenario en el que todas las aspiraciones de la izquierda global se hacen realidad: Israel deja de existir y hay una Palestina unificada que se extiende desde el río (Jordania) hasta el mar. ¿Qué prevén que ocurra en esta situación? ¿Iniciará una celebración de la democracia y los derechos humanos?
"Su objetivo final es el establecimiento de un Estado único desde el río (Jordania) hasta el mar. Sin embargo, esta visión se basa en gran medida en suposiciones idealistas, en la creencia de que, en las condiciones adecuadas, la gente elegiría llevar una vida pacífica sin imponer sus ideologías a los demás. Esta perspectiva subestima considerablemente la influencia de las ideologías radicales y sus consecuencias. Suponen que en ausencia de opresión y ocupación en su concepto, la gente buscará de forma natural una existencia pacífica, y los movimientos extremistas como Hamás perderán su influencia".
Eso es más bien una fantasía.
"De hecho, esta perspectiva está totalmente divorciada de las realidades sobre el terreno. No reconoce la presencia de un Estado judío aquí, que está profundamente comprometido con la preservación de su identidad. Es incuestionable que hay una presencia sustancial de la izquierda global en Gran Bretaña, evidente por figuras como Jeremy Corbyn, un destacado defensor de esta ideología, que estuvo muy cerca de asumir el poder. La historia británica, unida a estas perspectivas ideológicas y a una importante comunidad musulmana, da forma a las escenas presenciadas en las calles de Londres".
El apoyo a los palestinos ha llevado a la demonización de Israel
El Dr. Natan Aridan, especialista en Gran Bretaña del Instituto Ben-Gurion para el Estudio de Israel y el Sionismo de la Universidad Ben-Gurion, aclara que "estas manifestaciones son el resultado de la percepción de Israel como Goliat frente al David palestino, una visión que persiste desde 1967. Este sentimiento está íntimamente ligado a la política interna de Gran Bretaña. En Inglaterra, estudiantes y trabajadores están organizados en sus protestas, canalizando su simpatía por los palestinos hacia una demonización de Israel".
¿De dónde procede esta financiación?
"Recaudan fondos con el pretexto de ayudar a los palestinos, a menudo canalizados hacia organizaciones benéficas para hospitales y personas empobrecidas. Sin embargo, algunos de estos fondos acaban en manos de organizaciones terroristas o son manipulados por ellas".
¿Cuál es la postura del inglés medio, ni musulmán ni judío, en este asunto?
"El inglés medio, que no es políticamente activo, es en gran medida indiferente al conflicto; no despierta su interés. Sus preocupaciones giran en torno a cuestiones prácticas como la escalada del coste del combustible o las repercusiones económicas de la guerra; no mucho más que eso. Por lo general, cuando la gente de la calle es testigo de los ataques aéreos y de las trágicas consecuencias para los palestinos, tiende a simpatizar con ellos automáticamente. Sin embargo, ¿cuántos ingleses se preocuparon profundamente cuando las fuerzas aliadas bombardearon Alemania y causaron víctimas civiles? Muchos tienen la suerte de no haber experimentado nunca los horrores de la guerra, y estoy agradecido por ello. Sin embargo, esta falta de conocimiento de primera mano conduce a una comprensión limitada de la complejidad de la situación. Tienden a evaluarnos de forma diferente a como lo hacen con los palestinos, empleando criterios morales y principios jurídicos únicos. Algunos pretenden reconciliar su propia historia a través de la lente de este conflicto".
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Manifestación en Tel Aviv en apoyo a las familias israelíes cuyos seres queridos han sido secuestrados en Gaza.
(Moti Kimchi)
"Muchos británicos aún recuerdan nuestra resistencia contra el mandato, incluida la pérdida de vidas de soldados británicos. Esta conciencia histórica persiste. Algunos incluso culpan a Gran Bretaña, afirmando que la propia Declaración Balfour desencadenó la conciencia sionista y la lucha por el futuro de la Tierra de Israel. Esto, a su vez, provocó numerosos desafíos en el mundo árabe, un hecho incrustado en la memoria colectiva británica".
