Tensión en la frontera con el Líbano: en la noche del martes el cielo del norte israelí se iluminó de bengalas militares que explotaban cerca del asentamiento de Manara, luego de que posiciones de las FDI fueran atacadas con disparos desde territorio libanés.
El ejército confirmó que no hubo heridos durante el incidente y emitió instrucciones para que los residentes de Manara, Margaliot, Misgav Am, Yiftach y Malkia se resguarden dentro de sus casas ante sospechas de una infiltración terrorista.
Según fuentes consultadas, luego de una hora, y tras comprobar que no había riesgos de infiltración, autorizaron a los residentes a volver a sus rutinas, dejando sin efecto la prohibición de mantenerse adentro de sus casas.
“Todas las actividades en espacios abiertos están prohibidas, inclusive el trabajo agrícola”, indicó el ejército israelí para los habitantes de la zona aledaña al incidente. “Se requiere que permanezcan en los hogares y se mantengan alerta a instrucciones para resguardarse en áreas protegidas”, señalaron voceros militares.
Las explosiones de las bengalas del ejército israelí retumbaron hasta la ciudad de Kiryat Shmona, a pocos kilómetros de allí, en donde el ciudadano Yoni David (42) bajó inmediatamente a un refugio junto a su familia debido al estruendo. “Mi hijo de 5 años empezó a llorar”, relató. Itai Yosef (37) de Hagoshrim contó que “desde las 22:45 el cielo está iluminado constantemente” y que los “ruidos son fuertes, como si fueran grandes tambores”.
El hecho ocurre semanas después de otro incidente en la frontera libanesa, cuando un escuadrón terrorista de Hezbollah intentó penetrar en territorio israelí en la zona de Har Dov. Tras un tiroteo, las FDI frustraron el intento de intromisión del grupo terrorista que días antes había amenazado con vengar la muerte de uno de sus miembros, ocurrida en un bombardeo aéreo atribuido a Israel cerca del aeropuerto de Damasco.
A su vez, el incidente coincide con la presencia del primer ministro Benjamín Netanyahu en el norte. El mandatario se encuentra de vacaciones junto a su familia en un hotel a 40 kilómetros del evento, en la ciudad de Safed, en permanente contacto con autoridades militares.
