"Rusia se está comportando como un país hostil a Israel", dice el miembro del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset y ex ministro Zeev Elkin, quien aparentemente es considerado el experto número uno de Israel en las relaciones entre Israel y Rusia. Elkin dice lo que muchos en Israel piensan, incluso en el gobierno, pero no lo dicen en voz alta.
Los incidentes que se produjeron en en el aeropuerto de Daguestán –cuando residentes musulmanes llegaron hasta la estación aérea para agredir a viajeros israelíes– ha hecho que muchos en Israel se den cuenta de que las relaciones con Rusia están en curso de colisión. La cautela israelí no ha dado sus frutos, y la situación está empeorando.
Los ucranianos afirman que los servicios de seguridad rusos están detrás de los acontecimientos en el aeropuerto de Daguestán. Elkin no está de acuerdo con esta apreciación y piensa que detrás del intento de linchamiento y de los acontecimientos que lo precedieron dos días antes en el Cáucaso Norte predominantemente musulmán (la redada en los dos hoteles para buscar judíos e israelíes, el incendio del centro cultural judío en la ciudad de Nalchik con cócteles molotov y las manifestaciones que exigían que el gobierno local expulsara a todos los judíos de la zona) fueron llevados a cabo por elementos del islamismo radical. El problema es que esos elementos de la oposición rusa entendieron que era el viento que soplaba desde Moscú y simplemente aprovecharon la situación y actuaron.
Los alborotadores creyeron, con razón, que las autoridades de Daguestán no impedirían el pogromo. De hecho, los informes que llegan a Israel indican que las autoridades hicieron la vista gorda e incluso cooperaron con los alborotadores y les ofrecieron "tratos" para revisar a los pasajeros del avión para ver si había israelíes. Hicieron lo mismo en el asedio al hotel de Makhachlaka. La policía no se enfrentó a la multitud, que se desató tranquilamente durante horas. En los videos se ve a los policías fumando y mirando los incidentes.
El hecho de que los rusos hagan la vista gorda también se refleja en los castigos casi ridículos impuestos por el tribunal de Majachkala a los participantes en el intento de linchamiento en Daguestán, que causó daños por valor de 3 millones de dólares al aeropuerto y provocó su cierre por un día. Algunos de los alborotadores recibieron una "dura condena" de tres días de detención. En términos rusos, esto es una broma.
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Zeev Elkin, del Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset.
(Yoav Dudkevich)
Arkady Mil-Mann, investigador y jefe del programa de Rusia en el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) y ex embajador israelí en Rusia, dice que la región del Cáucaso Norte es la región más remota económicamente, socialmente y en términos de nivel de infraestructura en Rusia. La región tiene un alto porcentaje de población joven y uno de los niveles más altos de seguridad en Rusia (diez por ciento). Para garantizar la estabilidad de las provincias de la región, el gobierno federal les otorga los subsidios más altos del país. La combinación de estas dificultades con el grave problema de la corrupción contribuyó a un proceso de radicalización islamista en Daguestán y en otras provincias. Caben destacar los crecientes vínculos entre Daguestán e Irán en la esfera económica. Irán es el segundo socio comercial más grande de Daguestán, incluida la construcción de la ruta de transporte Irán-Azerbaiyán-Daguestán.
En respuesta al incidente antisemita, el presidente Putin señaló con el dedo a Estados Unidos, "la raíz del mal en el mundo", que dijo que estaba moviendo los hilos, tanto en Ucrania como en Oriente Medio, y quería sembrar el caos en el mundo para mantener su control. No condenó a los alborotadores ni sus acciones. Según él, Estados Unidos está detrás de los intentos de desestabilizar a Rusia en el contexto de la guerra en Oriente Medio. Putin también acusó a Israel, que, en lugar de luchar contra los terroristas, optó por el castigo colectivo contra los palestinos. "Bajo ninguna circunstancia pueden morir en Gaza miles de personas inocentes que no tienen a dónde escapar o esconderse de las bombas", dijo el presidente ruso.
Putin también señaló que entendía las emociones evocadas por las desgarradoras imágenes de niños, mujeres y ancianos muertos en Gaza, pero pidió a los ciudadanos rusos que no reaccionaran emocionalmente. El curso de acción correcto, afirmó, era "tomar las armas y unirse a sus hermanos" en el ejército ruso que luchan en Ucrania "por Rusia y por todo el mundo, incluido el futuro del pueblo palestino".
Mil-Mann cree que la respuesta de Putin es otra escalada en la retórica antiestadounidense y antiisraelí desde los acontecimientos del 7 de octubre. "Expone una visión del mundo conspirativa y manipuladora que retrata al perpetrador como una víctima, niega el derecho de Israel a responder y culpa a Estados Unidos de todo el mal en el mundo. La retórica antiisraelí de Putin, que es una continuación directa de las declaraciones antisemitas del último mes y medio, y su duro resultado en la forma del primer pogromo en Rusia en más de un siglo, muestra que la historia, desafortunadamente, se está repitiendo".
El incidente de Daguestán no ocurrió en el vacío. Desde el estallido de la guerra, Rusia ha mostrado su apoyo a Gaza y a Hamás. Rusia envió a su viceministro de Relaciones Exteriores a una reunión urgente en Catar a pesar de la horrible masacre del 7 de octubre. Una delegación de líderes de Hamás, encabezada por Abu Marzuk, fue invitada a Moscú, y en estos días casi no hay países que hablen con Hamás, excepto Turquía, Líbano, Catar y Egipto. Los rusos extendieron la alfombra roja para los líderes de Hamás. Según informes no desmentidos, Rusia prometió a Hamás armas y asistencia de inteligencia a partir de fotografías aéreas a cambio de la liberación de los rehenes de nacionalidad rusa.
"Este comportamiento crea una atmósfera muy antiisraelí. Cuando Putin compara lo que está sucediendo en Gaza con el asedio de Leningrado, en realidad está comparando a Hamás con los que luchan contra los nazis. Cuando un oído ruso escucha una declaración así, percibe a Israel como el bando nazi en el conflicto", dice Elkin. "Los comentarios de Putin después de los eventos en Daguestán crearon la impresión de que las fuerzas globales del mal lideradas por Estados Unidos y sus representantes (Israel) son responsables de lo que está sucediendo en Gaza. Putin básicamente dijo que Rusia está luchando contra estas fuerzas en Ucrania y que su éxito allí también depende del destino de Gaza. Como si dijera, nosotros en nuestra guerra en Ucrania estamos defendiendo a Hamás y Gaza".
Añádase a esto el hecho de que Rusia no tiene medios de comunicación libres y toda la cobertura de la guerra es muy unilateral. Los medios de comunicación muestran sólo los horrores de Gaza. Aunque informó sobre lo que sucedió en Israel, rápidamente se movió para adoptar la narrativa palestina. "Esto es lo que se ve en las pantallas: cómo los israelíes están aplastando Gaza en violación de las leyes de la guerra, en venganza por lo que hizo Hamas. Todos los ciudadanos de Rusia entienden cuál es la posición del gobierno", explica Elkin.
Elkin cree que Israel necesita reevaluar toda su actitud hacia Rusia y el conflicto ruso-ucraniano. "Hago un llamado a repensar. Israel necesita entender dónde estamos y dejar de engañarnos a nosotros mismos. Estamos pagando un precio por nuestra moderación en la cuestión ucraniana y la cuestión de si está justificada, porque no recibimos nada a cambio de Rusia. Por el contrario, también salimos mal parados con Occidente, y Rusia está actuando contra nosotros de todos modos. Sobre el tema del incidente de Daguestán y el hotel, tenemos que ser mucho más contundentes en nuestras demandas para proteger a los israelíes y a la comunidad judía, y tenemos que hacer campaña al respecto".
Elkin agregó: "Israel aquí se quedó atrapado en un viejo paradigma al que nos acostumbramos durante años, que yo estoy entre los que lo crearon, pero no pude entenderlo mientras la realidad cambiaba. Israel siempre se ha engañado a sí mismo pensando que si no molestamos demasiado a los rusos y no nos identificamos demasiado con Ucrania, sabremos cómo mantener la relación como está. Llevo un año argumentando que esto es un error. Aquí hay una realidad que es más grande que nosotros, y no importa cómo nos comportemos".
