Este miércoles, un organismo del Ministerio de Defensa de Israel anunció que se incrementará el número de trabajadores palestinos que podrán ingresar a su territorio desde la Franja de Gaza. Según los especialista, se trata de un gesto aparentemente destinado a reforzar la frágil calma entre las partes.
El Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios, organismo a cargo de los asuntos civiles palestinos, confirmó que se permitirá la entrada a Israel a otros 3.000 habitantes de Gaza para trabajar, lo que eleva el total de nuevos permisos recientemente anunciados a 10.000. Las autoridades aseguraron que la decisión estaba "condicionada a la preservación continua de la estabilidad de seguridad de la región a largo plazo".
Israel y Hamás libraron una guerra brutal en mayo, su cuarta gran conflagración desde 2008. Hamás ha exigido el alivio del bloqueo como parte de un alto el fuego informal negociado por Egipto. Israel ha levantado algunas restricciones desde el final de la guerra de 11 días de mayo al tiempo que advierte que cualquier alivio más amplio depende de la calma continua.
La mitad de la población de Gaza vive en la pobreza, los viajes fuera del territorio están muy restringidos, el agua del grifo no es potable y los residentes sufren cortes de energía diarios que pueden durar varias horas. Por eso, la posibilidad de trabajar en Israel es una oportunidad para intentar abandonar el enclave.
Decenas de miles de palestinos de Cisjordania trabajan en Israel, donde los salarios son mucho más altos, principalmente en la construcción y la agricultura. Sin embargo, los permisos para los habitantes de Gaza están mucho más restringidos.
En los últimos años, las autoridades de Jerusalem han ampliado silenciosamente el programa para permitir que los gazatíes trabajen para el Estado judío. Pero los conflictos de este año, principalmente los enfrentamientos de mayo, suspendieron los permisos por un tiempo.
Los más de 2 millones de residentes palestinos de Gaza han vivido bajo un asfixiante bloqueo israelí-egipcio desde que el grupo militante islámico Hamás tomó el poder del enclave en 2007, y el desempleo y la pobreza son rampantes. Desde Jerusalem aseguran que los cierres son necesarios para contener al grupo militante, mientras que los críticos lo ven como una forma de castigo colectivo.