El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, condenó enérgicamente la "ceremonia" en la que los cuatro prisioneros israelíes secuestrados fueron entregados a la Cruz Roja, calificándola de "despreciable y cruel".
"En virtud del derecho internacional, toda entrega de mártires caídos debe cumplir la prohibición de tratos crueles, inhumanos o degradantes. Debe garantizar la dignidad de los difuntos y la dignidad de las familias", señaló.
Ya en la ceremonia, los miembros de la Cruz Roja, que llegaron al lugar de la entrega en Bnei Suheila, cerca de Khan Yunis, protestaron por el traslado de los cuatro secuestrados fallecidos, que según Hamás son Oded Lifshitz y miembros de la familia Bibas, la madre Shiri y sus hijos pequeños Kfir y Ariel. Durante el traslado, también hubo largos intercambios entre la Cruz Roja y los terroristas de Hamás.
Israel presentó entonces una protesta ante los mediadores y la Cruz Roja por la celebración de esa "ceremonia", en contra de los acuerdos. La Cruz Roja dijo en un comunicado: "Hemos devuelto los restos de los secuestrados que deberían haberse reunido con sus seres queridos en sus vidas y no en su muerte. Nuestro papel fue cumplir una misión humanitaria vital para permitir que las familias lloren con dignidad. Tienen derecho a llorar y honrar a los seres queridos que perdieron en un entierro adecuado. Se supone que estas operaciones se llevan a cabo en privado, por respeto al difunto y a los dolientes. Lo dejamos claro de manera inequívoca: cualquier liberación de rehenes vivos o de aquellos que ya no están vivos debe llevarse a cabo con dignidad y privacidad".
El portavoz de la Cruz Roja israelí, Gilad Grossman, agregó: "Este día fue un día desgarrador para todo el público israelí. Espero que en medio de todo el dolor las familias encuentren algo de consuelo al saber lo que les sucedió a sus seres queridos. A pesar de los desafíos y las críticas, estamos comprometidos a seguir trabajando para traer de vuelta a todos los rehenes y ayudar a resolver esta difícil crisis humanitaria".
La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, también condenó enérgicamente a Hamás tras la cruel manifestación. "Cuatro ataúdes, que se exhiben en un escenario, imágenes que son insoportables. Hasta el final, las familias de los secuestrados están expuestas al terror sin fronteras de Hamás. Mis pensamientos están sujetos a ellos. Espero que pronto puedan llorar a sus seres queridos y enterrarlos con dignidad. Los próximos días serán agonizantes para las familias, hasta que sepan si realmente pueden decir adiós. Pienso en la familia de Oded y en Yarden. Todo su mundo está en juego".
Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad en los Países Bajos, conocido por su simpatía por Israel, también condenó enérgicamente las escenas de Gaza. "Escoria de Hamás. La marcha de los cadáveres con música y falta de respeto. No tienen respeto y sólo conocen el odio", escribió en un post en X junto a un video de la misma "ceremonia".
Después de la transferencia de los ataúdes de la Cruz Roja a las FDI, se llevó a cabo una ceremonia de recepción en la Franja de Gaza para los cuatro secuestrados caídos. El Gran Rabino de las FDI, general de brigada Eyal Karim, leyó un capítulo de los Salmos. Los ataúdes de los secuestrados caídos, envueltos en la bandera israelí, fueron llevados por oficiales de las FDI a vehículos que se dirigían al Instituto de Medicina Forense de Abu Kabir.
El presidente Isaac Herzog dijo: "Este es un momento de angustia y dolor. El corazón de toda una nación está hecho pedazos. En nombre del Estado de Israel, inclino la cabeza y pido perdón. Lamentamos no haber cumplido con nuestro deber. Lamento no haberte protegido ese maldito día. Lo sentimos, no te trajimos a casa sano y salvo. Bendita sea su memoria".
