La decisión rusa de cerrar la Agencia Judía, que administra la inmigración de judíos a Israel, sería un "evento grave" que afectaría las relaciones bilaterales, dijo el domingo el primer ministro Yair Lapid.
Un tribunal de Moscú informó la semana pasada que el Ministerio de Justicia había solicitado la "disolución" de la Agencia Judía debido a violaciones legales no especificadas y fijó una audiencia para el 28 de julio.
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Yair Lapid, primer ministro de Israel, durante la reunión semanal de gabinete.
(Mark Israel Sellem)
Algunos expertos interpretaron eso como un disparo de advertencia del Kremlin hacia Lapid, quien ha adoptado una línea retórica más dura sobre el conflicto de Ucrania que el ex primer ministro de Israel, Naftalí Bennett.
"Cerrar las oficinas de la Agencia Judía sería un evento grave que afectaría las relaciones"
Comunicado del gobierno de Israel
Lapid dijo el domingo en una reunión de altos funcionarios que "cerrar las oficinas de la Agencia Judía sería un evento grave que afectaría las relaciones", informó un comunicado del gobierno.
También ordenó que "una delegación legal esté preparada para partir hacia Moscú tan pronto como se reciba la aprobación rusa para las conversaciones y que haga todo lo posible para agotar el diálogo legal", además de los esfuerzos diplomáticos para aliviar la disputa.
La Agencia Judía, establecida en 1929, desempeñó un papel clave en la creación del estado de Israel en 1948. La agencia comenzó a operar en Rusia en 1989, dos años antes del fin de la Unión Soviética, tras lo cual cientos de miles de judíos de toda la URSS partieron hacia Israel.
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Yair Lapid, primer ministro de Israel, durante la reunión semanal de gabinete.
(Mark Israel Sellem)
Más de un millón de ciudadanos israelíes en la actualidad son originarios de la Unión Soviética. El cierre de la filial rusa de la agencia no impediría que los judíos rusos migraran a Israel, situación posible solo con un cierre de fronteras, pero sí podría ralentizar el proceso.
Inmediatamente después de la invasión de Ucrania el 24 de febrero, Lapid, como ministro de Relaciones Exteriores, acusó a Rusia de violar el "orden mundial", mientras que Bennett enfatizó las sólidas relaciones de Israel con ambas partes, evitó las críticas directas a la invasión y posteriormente trató de desempeñar un papel de mediador entre Kiev y Moscú.
Lapid ha renovado sus críticas a Rusia desde que se convirtió en primer ministro, pero aún ha tratado de caminar con cautela para preservar los lazos con Moscú, que se consideran cruciales para preservar la capacidad de Israel para llevar a cabo ataques aéreos en Siria, donde las fuerzas rusas están presentes.