Los palestinos de la ciudad cisjordana de Huwara se despertaron el lunes con la espeluznante imagen de casas y coches quemados, tratando de comprender la magnitud de los daños tras un motín masivo de colonos, llevado a cabo en represalia por un atentado terrorista.
Según fuentes palestinas, unas 75 viviendas resultaron dañadas durante los disturbios del domingo por la noche, 35 de las cuales quedaron reducidas a cenizas. Las llamas también destruyeron unos 95 coches.
Durante los violentos disturbios -que estallaron tras un atentado terrorista en el que murieron dos hermanos del asentamiento de Har Bracha, cerca de Nablus- murió un palestino y cientos resultaron heridos, muchos por inhalación de humo.
Sólo seis personas fueron detenidas tras el peor estallido de violencia de colonos en la historia reciente.
Según las autoridades palestinas, en los dos meses transcurridos desde principios de 2023 han muerto 66 palestinos por disparos de las FDI o de colonos, una cifra asombrosa que preocupa a los responsables de seguridad israelíes.
Al mismo tiempo, 13 israelíes murieron en atentados terroristas sólo el mes pasado, lo que llevó al ejército a reforzar el despliegue de tropas en la zona, con la llegada el lunes de tres nuevos batallones.
La ciudad palestina de Huwara, al sur de Naplusa, es una de las principales vías de comunicación utilizadas tanto por palestinos como por colonos. Los enfrentamientos son inevitables y se producen casi a diario.
Las imágenes de la ciudad a la mañana siguiente del ataque de los colonos muestran una gran destrucción.
El primer ministro Benjamin Netanyahu instó a poner fin a su violencia en un vídeo publicado en las redes sociales, pero su petición fue ignorada.
El ministro de finanzas de extrema derecha, Bezalel Smotrich, también hizo un llamamiento a que se pusiera fin a los disturbios, pero sólo horas después de que empezaran a incendiar viviendas y propiedades.
Anteriormente, Smotrich había dado "me gusta" a una publicación en las redes sociales del teniente de alcalde del consejo regional de samaria, David Ben Zion, en la que afirmaba que Huwara debía ser borrada de la faz de la tierra en respuesta al anterior atentado terrorista.
Sin embargo, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, guardó silencio. El ministro, que normalmente se apresura a comentar los asuntos de seguridad, no condenó la violencia de los colonos, muchos de los cuales son sus electores.
Miembros de su partido Otzma Yehudit (poder judío), de hecho, incitaron a los colonos.
El miembro de la Knesset Limor Sonn Har Melech dijo que apoya "el justo enojo de los colonos". La destacada dirigente de los colonos Daniela Weiss preguntó consternada: "¿Por qué tengo que pedirles que paren?".
El martes, otro miembro del partido, Tzvika Fogel, dijo que lo que quiere ver es a Huwara quemada. También pidió que se detuviera por traición al líder de la oposición, Yair Lapid, que condenó los disturbios.
Mientras tanto, sigue sin conocerse la identidad del terrorista palestino que asesinó el domingo a los dos hermanos judíos Hillel y Yagel Yaniv. La persecución para detenerlo continúa activa.
Al parecer, se acercó a su coche, que circulaba lentamente en el tránsito de Huwara, y disparó a los dos a quemarropa.
