En las últimas horas las Fuerzas de Defensa de Israel informaron que Irán se retira lentamente de Siria gracias a los reiterados ataques que realiza, así como al creciente descontento interno relacionado con la economía y el manejo de la pandemia de coronavirus.
En medio del caos de la guerra civil siria, Israel ha llevado a cabo repetidos ataques destinados a hacer retroceder a las fuerzas iraníes y evitar la transferencia de armas a Hezbollah, el grupo terrorista libanés respaldado por Teherán y en conflicto permanente con Israel en la frontera norte.
El ejército israelí describió la retirada como "un movimiento en retroceso hacia lugares más lejanos y en números reducidos". Añadió que el movimiento "no era masivo", pero que también era "innegable".
El ejército compartió sus hallazgos en una sesión informativa con la prensa israelí y sostuvo que se basaban en datos de inteligencia clasificada.
Las fuerzas israelíes atribuyeron el retroceso también al creciente descontento en Irán, donde la economía se ha derrumbado bajo las sanciones estadounidenses y las autoridades han luchado por contener el brote de coronavirus más fatal en Medio Oriente.
Israel ve el atrincheramiento iraní en su frontera norte como una línea roja, y ha golpeado repetidamente instalaciones vinculadas con Irán y depósitos de armas de Hezbollah.
Irán retrata sus acciones en Siria como el apoyo a un gobierno aliado que lucha contra grupos terroristas, y explica que su apoyo a Hezbollah tiene como objetivo defender al Líbano de Israel, que ocupó partes de su territorio sur desde 1982 hasta 2000.
A su vez, además de las fuerzas desplegadas en Siria, Irán suministra efectivo, armas y entrenamiento a la Yihad Islámica en Gaza, y también apoya a Hamás, el grupo terrorista que gobierna en el enclave.