El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea otorgar un “tiempo de preparación” de alrededor de cuatro años para llevar a cabo el plan de paz para el Medio Oriente de su gobierno, con el fin de mantener la puerta abierta para el consentimiento de los palestinos, que aún se oponen a la iniciativa de Washington.
El otorgamiento de un largo período de tiempo revela que la Casa Blanca entiende que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, rechazará el plan, por lo que esperan que los líderes que lo reemplacen en el futuro acepten el denominado Acuerdo del Siglo. Por este motivo, decidieron no cerrarles la puerta a los palestinos.
Los estadounidenses no aceptarán que Israel acepte o lleve a cabo sólo parte del plan, sino que lo aplique en su totalidad.
Se estima que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, dé su consentimiento al Acuerdo del Siglo, pero pedirá debatir sobre algunos asuntos relacionados con el mismo.
El gobierno de Estados Unidos no está dispuesto a aceptar que Israel aplique su soberanía sobre todos los asentamientos en Judea y Samaria ni que anexe el Valle del Jordán, o bien que el Estado judío se niegue a llevar a cabo otras partes del plan.
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El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, rechazaría el plan de Trump
(Reuters)
Según el Acuerdo del Siglo, durante el “período de preparación”, Israel debe congelar la construcción de los asentamientos en los territorios del sector C en Judea y Samaria, sector que se encuentra bajo control israelí.
Según lo estipulado en el plan, Israel podrá construir dentro de los asentamientos existentes, pero no expandirlos más allá de los actuales límites.
Los líderes de los asentamientos en Judea y Samaria se oponen a esta parte del plan, y afirmaron que la misma “exige congelar la construcción”.
El Acuerdo del Siglo le permite a Israel anexar entre un 30% y un 40% de los territorios del sector C de Judea y Samaria, en tanto que los palestinos mantendrán el control del 40% de los sectores A y B. Esto deja un 30% del sector C en una situación poco clara. Sin embargo, funcionarios importantes de las autoridades de los asentamientos señalaron que los estadounidenses les dieron a entender a los jordanos y a los palestinos que ese 30% pasará a manos palestinas. De esta manera, un 70% del territorio de Judea y Samaria quedaría bajo control de un futuro Estado palestino.
Según fuentes israelíes, Washington pide esperar unas semanas hasta que los palestinos decidan aceptar o rechazar el plan antes de que Israel comience a aplicar la soberanía sobre la mitad de los territorios del sector C. Por lo tanto, Netanyahu no podrá presentar ante la Knesset su programa de anexión del Valle del Jordán antes de las elecciones.
Además, Israel no podrá construir en los territorios designados para un futuro Estado palestino. De esta manera, Washington les otorgará un tiempo a los palestinos para que decidan volver a llevar a cabo negociaciones de paz en los próximos años.
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En septiembre, Netanyahu prometió aplicar la soberanía sobre el Valle del Jordán
(EPA)
Trump espera ganar las elecciones de noviembre, y durante su segundo mandato planea presionar a los palestinos para que retomen las negociaciones. Al término de este “período de preparación”, los palestinos podrán declarar la independencia de su Estado, pero se le impondrán varias restricciones: no podrá contar con un ejército, ni controlar el espacio aéreo, ni estar a cargo de los controles en los cruces fronterizos, ni formar alianzas con otros países.
El plan también percibe construir un túnel entre Gaza y Judea y Samaria. Se trata de un asunto muy sensible que aún no lo han abordado las fuerzas de seguridad israelíes. Las autoridades del Estado judío temen que estos túneles sean utilizados para transportar armamento o terroristas buscados por Israel.
El Acuerdo del Siglo le exige a la Autoridad Palestina retomar el control en la Franja de Gaza, desmilitarizarla y desarmar a las organizaciones terroristas Hamás y Yihad Islámica. Sin embargo, funcionarios israelíes afirmaron que esta exigencia demuestra que los estadounidenses no comprenden la situación en la región, o que tal vez no se refirieron a este punto con la seriedad que amerita.
El plan deja 15 asentamientos aislados. Los residentes de estos sitios temen que se les exija abandonar el área. Según el Acuerdo del Siglo, Israel debe quitar 60 asentamientos ilegales donde viven unas 3.000 personas. Sin embargo, los líderes de las pueblos de Judea y Samaria se oponen a este punto, y aseguraron que lucharán para que no se aplique, ya que va en contra de las promesas de Netanyahu.
Según el acuerdo, toda la ciudad de Jerusalem quedará bajo soberanía israelí, incluídos el Monte del Templo y los sitios sagrados que serán administrados por Israel y los palestinos. De acuerdo con el plan, Jerusalem no será dividida, y todo lo que se encuentre del otro lado de la valla de seguridad de la capital israelí pasará a manos palestinos, sólo bajo la condición de que las autoridades palestinas acepten todo el plan.
Los palestinos podrán elegir como capital cualquier lugar que deseen en Jerusalem, sólo si se encuentra del otro lado de la valla de seguridad. Es decir, la capital del futuro Estado palestino podría encontrarse en el barrio Shufaat, en Jerusalem Oriental.
El plan prevee, además, la entrega de 50 mil millones de dólares para financiar diferentes proyectos en el territorio designado para un futuro Estado palestino. Según fuentes cercanas a la Casa Blanca, Arabia Saudita y algunos países del Golfo Pérsico se comprometieron a aportar el dinero.
Los palestinos amenazan con suspender la coordinación en materia de seguridad con Israel, si el Estado judío aplica la soberanía sobre todos los asentamientos en Judea y Samaria.
Hace pocos días, el rey Abdallah de Jordania afirmó en una entrevista que hay que mirar “la mitad del vaso lleno” del Acuerdo del Siglo.
En Israel, hay quien cree que el silencio del rey jordano respecto de la aplicación de la soberanía en el Valle del Jordán por parte del Estado judío implica una aceptación del asunto por parte de su gobierno. Sin embargo, fuentes en Jerusalem señalaron que Jordania podría cancelar el acuerdo de paz con Israel en caso de que la anexión se lleve a cabo.
