La cadena estadounidense CNN difundió en las últimas horas del jueves un informe con indicios de que las unidades de defensa aérea de Irán declararon un estado de máxima alerta, luego de una serie de explosiones vinculadas a sitios militares y nucleares de la República Islámica.
Según la fuente citada por CNN, baterías de defensa están listas para lanzar misiles desde plataformas terrestres en cuanto se descubra en el cielo iraní un objeto que pudiera representar una amenaza.
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La información podría haber sido obtenida por inteligencia estadounidense que opera en la zona o imágenes satelitales.
(Ynet)
Si bien no se especificó el origen de la información, el informe señala que aviones y barcos estadounidenses realizan tareas de reconocimiento desde espacio aéreo y marítimo internacional, y se señaló que las imágenes satelitales también pueden haber ayudado a obtener estas conclusiones.
A su vez, la red Bloomberg indicó que la Agencia Europea de Seguridad Aérea sugirió evitar que aviones de pasajeros crucen el espacio aéreo iraní por temor a que reciban el impacto de misiles iraníes. "En vista de la peligrosa situación de seguridad y la escasa coordinación entre la aviación civil y las actividades militares, existe el riesgo de una identificación incorrecta de los aviones", advirtió el organismo con una alusión implícita a la reciente tragedia de un avión comercial ucraniano que fue derribado por impericia del ejército iraní y provocó la muerte de 176 personas.
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Tras el derribo de un avión ucraniano, la Agencia Europea de Seguridad Aérea sugirió evitar que aviones de pasajeros crucen el espacio aéreo iraní.
(Reuters)
El hecho ocurre semanas después de una serie de explosiones en Irán que afectaron a sitios militares. El principal incidente de esta serie ocurrió en una planta de enriquecimiento de uranio en la localidad de Natanz, que según informes fue causada por un ciberataque o una bomba, y que fuentes de inteligencia de Medio Oriente atribuyen a Israel.
Las autoridades iraníes admitieron que el incidente en Natanz provocó graves pérdidas en una instalación de desarrollo de centrifugadoras avanzadas y se estima que el daño provocado podría retrasar dos años el programa nuclear iraní. A partir de esto, fuentes occidentales encendieron la alerta sobre una posible respuesta de Teherán, ya sea a través de un ataque cibernético o con misiles.
