Los periodistas palestinos nunca tuvieron la intención de protagonizar las noticias en los días posteriores al asesinato del activista Nizar Banat. Sin embargo, el trato brutal y el arresto de muchos de ellos a manos de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina (AP) los ha obligado a pedir una intervención internacional y una mínima protección para poder realizar su trabajo.
Esta semana, decenas de periodistas se manifestaron frente a la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas en Ramallah, Cisjordania, exigiendo una intervención urgente. Entregaron al comisionado de la ONU una carta en la que le pedían que tomara una posición para detener los ataques que hasta ahora han afectado al menos a 30 periodistas.
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Periodistas protestan en la oficina de la ONU en Ramallah para exigir protección tras los ataques de las fuerzas de seguridad.
(AFP)
Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina atacaron a manifestantes y periodistas en las ciudades cisjordanas de Ramallah, Hebrón y Belén, así como en el campo de refugiados de Dheisheh, ubicado al sur de Belén. El desencadenante fueron los cinco días de manifestaciones por la muerte de uno de los críticos más destacados de la AP, Nizar Banat.
El periodista Mohammed Ghafari dijo que no le sorprendió el comportamiento de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina. “A los periodistas se les permitió informar, pero lo que sucedió después fue que nos agredieron brutalmente y destrozaron nuestro equipo”, aseguró.
También, Ghafari consideró que la represión de manifestantes y periodistas por parte de las fuerzas de seguridad vestidas de civil es aterradora. “Parece que hubo una decisión clara para evitar que trabajemos. La Autoridad Palestina quiere ocultar la verdad", añadió.
El duro trato contra los comunicadores dejó a algunos con moretones, mientras que otros fueron arrestados y luego liberados. Además, muchos vieron su equipo dañado o confiscado. Por caso, la periodista Najla Zeitoun, a pesar de tener todas las credenciales de prensa necesarias, fue golpeada físicamente y le quitaron el teléfono por la fuerza. El video del ataque se publicó en Twitter.
Zeitoun contó que mientras cubría la protesta y usaba su teléfono para documentar la golpiza de la policía, sintió que alguien desde atrás intentaba arrebatarle el teléfono de la mano. “Me golpearon en el pecho y con palos en el hombro izquierdo a pesar de que gritaba que era periodista. Un oficial de seguridad tomó mi teléfono y se escapó ”, afirmó.
La periodista también registró cómo las fuerzas de seguridad atacan a las mujeres periodistas con un lenguaje obsceno y las amenazan con violarlas. “Otra compañera periodista fue arrastrada y trataron de quitarle el teléfono a la fuerza. No duermo en casa y no hay sensación de seguridad”, agregó.
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Las fuerzas de seguridad palestinas encubiertas arrestan a un manifestante en Ramallah tras la muerte de Nizar Banat.
(Reuters)
James Heenan, jefe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Palestina, pidió medidas urgentes y necesarias para proteger a los periodistas. “Los periodistas acudieron a las Naciones Unidas y las organizaciones de derechos humanos debido a los repetidos ataques a periodistas”, declaró Ghafari. “Estos ataques se repiten y los perpetradores no rinden cuentas ni son castigados, y no se han tomado medidas serias para proteger a los periodistas”, comentó.
Grupos de derechos humanos en Cisjordania anunciaron la formación de un equipo legal para dar seguimiento a los ataques a periodistas. Muchos de los periodistas fueron amenazados y sometidos a persecución, golpizas y empujones, y se les impidió hacer su trabajo. De este modo, han dirigido su descontento al Sindicato de Periodistas Palestinos. Muchos miembros rompieron las tarjetas de prensa emitidas por el sindicato en protesta; otros abandonaron su membresía.
