El ofrecimiento de Estados Unidos para ayudar a Irán a combatir la pandemia de coronavirus es extraña, manifestó el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, en un discurso televisado el domingo, describiendo a los líderes estadounidenses como "charlatanes".
A pesar de las intensas tensiones entre ambos países, Washington ha ofrecido asistencia humanitaria a Irán, uno de los Estados más golpeados por el brote de coronavirus.
Irán es el país más afectado en el Medio Oriente con más de 1.500 muertes por coronavirus y 20.610 personas infectadas.
"Varias veces los estadounidenses han ofrecido ayudar a Irán a contener el coronavirus. Ustedes están acusados de haber creado este virus. No sé si es cierto, pero es extraño que quieran asistir a nuestro país", señaló Jameneí.
"Más allá del hecho de que ustedes tienen dificultades en su lucha contra el virus, ¿qué podría suceder si nos brindan un medicamento que lleve a que el virus permanezca en Irán para siempre?”, agregó el líder supremo de la República Islámica.
Jamenei expresó que Irán tiene la capacidad de superar "cualquier tipo de crisis y desafíos, incluido el brote de coronavirus".
Las tensiones han aumentado entre Irán y Estados Unidos desde 2018, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retiró del acuerdo nuclear firmado entre Teherán y seis potencias mundiales en 2015, y la administración estadounidense volvió a imponer sanciones que han paralizado la economía del país.
Las fricciones aumentaron cuando el ejército estadounidense eliminó al comandante iraní Qassem Suleimani en una ofensiva aérea con drones llevada a cabo el 3 de enero en Irak. Cinco días después, la República Islámica respondió atacando objetivos estadounidenses en territorio iraquí.
“Nuestro enemigo número uno es Estados Unidos. Es el enemigo más malvado y siniestro de Irán, y sus líderes son charlatanes ”, sostuvo Jamenei.
Las autoridades iraníes han responsabilizado a las sanciones de los Estados Unidos de obstaculizar sus esfuerzos para frenar el brote y han pedido que se levanten las restricciones impuestas por los norteamericanos. Sin embargo, Washington se ha negado a eliminarlas.