La goleada del seleccionado inglés por seis tantos contra cero frente a su par búlgaro ha pasado a un segundo plano, y el foco se instaló en lo sucedido en las gradas del estadio que despertó la polémica internacional, cuando los aficionados locales entonaron cantos racistas y realizaron el saludo nazi durante el encuentro.
En la mañana de hoy, el primer ministro de Bulgaria Boiko Borísov, realizó una dura publicación solicitando la renuncia inmediata del presidente de la Unión de Fútbol de Bulgaria, Borislav Mihaylov, y remarcó que "es inaceptable que Bulgaria, uno de los países más tolerantes del mundo, donde personas de diferentes etnias y religiones viven en paz, se asocie con el racismo y la xenofobia". Pocas horas después, Mihaylov dimitió a su cargo ante la presión tras el escándalo.
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El primer ministro de Bulgaria junto al cónsul honorario de Israel
(Facebook: Boyko Borissov)
Posteriormente, Borísov se mostró junto al cónsul honorario de Israel en su país, con quien compartió una fotografía de ambos abrazados, y expresó que: "la asociación entre los dos países sigue siendo excelente en todos los ámbitos". Además, agregó que "nuestro gobierno se mantendrá contrario a todas las manifestaciones de xenofobia e intolerancia".
Asimismo, el primer ministro manifestó en su cuenta de Twitter una condena a los actos cometidos por los ciudadanos de su país:
Por otra parte, la UEFA también ha abierto un expediente disciplinario contra Bulgaria por el comportamiento de sus simpatizantes.