Mientras que la mayor parte del mundo lucha contra el coronavirus, algunos países del este de África se enfrentan a un golpe igual de fuerte: las langostas. Hace dos meses una plaga azotó la región y los expertos afirman que se espera una segunda ola, veinte veces más fuerte. La ONU afirmó que la situación más preocupante se da en Somalía, Etiopía y Kenia.
El profesor Amir Illi, del Departamento de Zoología de la Universidad de Tel Aviv, en una entrevista con Ynet afirmó: “No se si es la peor de la historia, pero la peor de las últimas décadas, seguro. Algunos países nunca han visto algo así. Otros lamentablemente han pasado por situaciones peores”.
Illi comparó el fenómeno con el coronavirus: “En este caso también la velocidad de propagación es exponencial. La expansión empezó hace dos años, tras una serie de tormentas invernales en regiones que no suelen recibir lluvias. Hace dos meses hubo una erupción de la plaga que fue la más fuerte en décadas, y afectó a regiones como Kenia, el sur de Etiopía, Somalía, Yemen y, del otro lado a Irán, India y Pakistán. Por las condiciones climáticas actuales, suponemos que va a llegar una nueva ola, veinte veces más fuerte”, señaló.
Cada cierta cantidad de años, algunas especies de langostas aumentan de forma considerable su población y migran en grandes grupos. Durante su viaje cubren grandes áreas, afectando la vegetación a su paso. La langosta es considerada en algunas zonas como el peligro más fuerte para la agricultura. El profesor Illy cree que las áreas en África a donde lleguen las langostas, sufrirán de hambre: “Nosotros estamos preocupados por el coronavirus, pero tenemos que entender que la situación de la agricultura en esos países es mucho más sensible que la de nuestra economía. Perder un cultivo significa padecer de hambre para la familia de agricultores, para su pueblo y para el país en su conjunto”, dijo.
¿Hay alguna posibilidad de que la langosta llegue a Israel, como hace unos años?
El profesor Illy cree que el país no se verá perjudicado: "Israel está fuera del área donde se estima que llegarán las langostas. En 2013 un enjambre llegó a los titulares de la prensa, pero no tiene relación en magnitud con lo que se espera que pase en África. Si llega hasta acá o no, no se puede saber, porque depende en parte del viento”, sostuvo.
Pero el problema no es ese, explica Illy: “El peligro que acarrea una crisis humanitaria en este momento es que los recursos están puestos en la lucha contra el coronavirus. Hoy sería difícil enviar ayuda, dinero y expertos a estas áreas”, manifestó. Y agregó: “Tendemos a ignorar las consecuencias del hambre en una situación geopolítica, pero las vemos más tarde en las olas de refugiados. Hoy el mundo no está en condiciones de decir `este no es nuestro problema´ porque sucede en una región distante”.