Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbollah, emitió un discurso dos semanas después de su última aparición pública, en la que lució visiblemente desmejorado y despertó sospechas sobre su estado de salud.
El 25 de mayo, en ocasión del 21° aniversario de la retirada del ejército israelí del Líbano, Nasrallah exhibió dificultades respiratorias y la tos se reiteró durante la hora y media en la que brindó un discurso alusivo a la fecha. En esa ocasión sus palabras se iniciaron con un pedido de disculpas por su ausencia pública durante los días en que se desarrolló la operación Guardián de los Muros “debido a una enfermedad”.
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Aparición pública de Nasrallah dos semanas después de un discurso en el que exhibió tos y dificultades respiratorias.
(Ynet)
Esta vez el referente de Hezbollah evidenció una gran mejoría en relación a su aparición anterior. “Hubo personas que me mataron y me buscaron un reemplazo, pero estoy entre ustedes y seguiremos este camino juntos”, afirmó Nasrallah.
En las últimas dos semanas, tras el llamado “discurso de la tos”, circularon diferentes versiones sobre el estado de salud del líder terrorista libanés. El períodico libanés Al Jumhuriya citó a fuentes de Hezbollah que afirmaban que Nasrallah padecía neumonía y su situación estaba mejorando.
El referente de Hezbollah evidenció una gran mejoría en relación a su aparición anterior. “Hubo personas que me mataron y me buscaron un reemplazo, pero estoy entre ustedes y seguiremos este camino juntos”, afirmó Nasrallah.
En Israel estimaron que Nasrallah se estaba recuperando de un cuadro de coronavirus, sospecha fundada en la clandestinidad del secretario de la organización, que lo obliga a permanecer varias horas al día en espacios cerrados.
Muchos líderes de Hezbollah se infectaron con COVID-19 en los últimos meses, e incluso algunos murieron a raíz de la enfermedad. El caso más reciente es el fallecimiento de Ali Akbar Mohtashamipour, uno de los fundadores del movimiento chiíta.
