El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, planea utilizar información de inteligencia estadounidense desclasificada el martes para acusar públicamente a Irán de vínculos con Al-Qaeda, como parte de su ofensiva de último minuto contra Teherán antes de que la administración Trump deje la Casa Blanca, afirmaron dos fuentes familiarizadas con el asunto.
Se estima que Pompeo brindará detalles sobre las acusaciones contra Irán, según las cuales ha brindado refugio a los líderes de Al-Qaeda y apoyo al grupo terrorista, dijeron las fuentes, a pesar de cierto escepticismo dentro de la comunidad de inteligencia y el Congreso.
No quedó claro de inmediato cuánto pretende revelar Pompeo en su discurso ante el National Press Club en Washington el martes.
Podría citar información desclasificada sobre el asesinato del presunto segundo al mando de Al-Qaeda en Teherán en agosto, indicaron las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato.
The New York Times informó en noviembre que Abu Muhammad al-Masri, acusado de ayudar a planear los atentados con bombas en 1998 contra dos embajadas estadounidenses en África, fue abatido a tiros por agentes israelíes en Irán.
Irán negó el informe, alegando que no había "terroristas" de Al-Qaeda en su territorio.
En las últimas semanas, Pompeo ha tratado de aumentar aún más la presión sobre Irán con más sanciones y una retórica acalorada.
Los asesores del presidente electo, Joe Biden, creen que la administración Trump está tratando de dificultarle la tarea de volver a comprometerse con Irán y buscar unirse a un acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní.
Pompeo ha acusado a Irán de tener vínculos con Al-Qaeda en el pasado, pero no ha proporcionado pruebas concretas.
"Ha habido ocasiones en que los iraníes han trabajado junto a Al-Qaeda", dijo el entonces director de la CIA, Pompeo, en octubre de 2017.
Las acusaciones anteriores de la administración de George W. Bush de vínculos iraníes con los ataques de Al-Qaeda del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos han sido desacreditadas. Pero a lo largo de los años han surgido informes sobre miembros de Al-Qaeda escondidos en Irán.
Un ex alto funcionario de inteligencia de Estados Unidos con conocimiento directo del tema señaló que los iraníes nunca fueron amistosos con Al-Qaeda antes o después de los ataques del 11 de septiembre y cualquier afirmación de cooperación actual debe considerarse con cautela.
El Irán chiíta y Al-Qaeda, una organización terrorista musulmana sunita, han sido durante mucho tiempo enemigos.
Las relaciones entre Teherán y Washington se han deteriorado desde 2018 cuando Trump abandonó el acuerdo nuclear de 2015 con Irán, que impuso restricciones estrictas a sus actividades nucleares a cambio del levantamiento de las sanciones.
Desde el comienzo de su administración, Trump ha impuesto sanciones a funcionarios, políticos y empresas iraníes en un esfuerzo por obligar a Teherán a negociar un acuerdo más amplio que limite aún más su actividad nuclear.
Y se esperan más sanciones antes de que Trump deje el cargo, manifestaron los funcionarios estadounidenses.
Biden ha dicho que Estados Unidos se volverá a unir al acuerdo nuclear "si Irán reanuda el cumplimiento estricto" del tratado.