El primer ministro británico, Boris Johnson, obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento, con su partido conservador superando el umbral de 326 escaños en una cámara de 650 diputados, según los resultados oficiales. Esta decisión electoral allana el camino a un Brexit el próximo 31 de enero.
En el poder desde julio pero con minoría en el Parlamento, el carismático y controvertido primer ministro se había arriesgado a convocar a comicios anticipados en diciembre, un mes oscuro y frío, poco propicio para atraer a los británicos a las urnas.
Era una apuesta arriesgada... y la ganó. Los conservadores superaron ampliamente a los laboristas por 364 a 203 escaños.
Johnson ha logrado el mayor número de parlamentarios conservadores desde Margaret Thatcher en 1987.
El presidente de Israel, Reuven Rivlin, felicitó al primer ministro británico: "En mi nombre y en el nombre de la población de Israel, te deseo grandes éxitos y estoy seguro de que bajo tu liderazgo la importante relación entre los dos países continuará fortaleciéndose".
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, también expresó su gratitud ante los resultados: "Felicitaciones mi amigo, Boris Johnson, en tu victoria histórica, éste es un gran día para los británicos y para la amistad entre ambos países".
La relevancia de la victoria de Johnson para Israel y los judíos
La posibilidad de que Corbyn se convirtiera en primer ministro había causado gran preocupación entre los altos funcionarios de la comunidad judía en Gran Bretaña, así como también en el gobierno israelí.
La vicecanciller del Estado judío, Tzipi Hotovely, había remarcado que las elecciones británicas "preocupaban mucho" a su país: "Corbyn es un peligro real para las relaciones entre Israel y Gran Bretaña".
Corbyn, un veterano activista pro-palestina, ha sido acusado repetidamente de antisemita, y muchos de los judíos del país afirmaron que consideraban emigrar en caso de que él hubiera sido elegido.
El Partido Laborista está siendo investigado actualmente por la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos por antisemitismo institucional. Las diputadas judías Luciana Berger y Dame Louise Ellman mencionaron que la discriminación religiosa las expulsó del partido, la primera se fue junto a los demócratas liberales y la segunda se retiró de la política.
Corbyn ha pedido reconocer un Estado palestino y revisar las exportaciones de armas británicas a Israel. También ha sido criticado por llamar a Hamás y Hezbollah como sus "amigos". En 2014, visitó la tumba en Túnez de uno de los autores intelectuales de la masacre de los 11 deportistas olímpicos israelíes en los Juegos de Munich en 1972. A su vez, en 2010, el líder laborista organizó un evento pro-Gaza en el Parlamento durante el Día Internacional de Recordación del Holocausto bajo el titular "Nunca más para nadie: de Auschwitz a Gaza". En dicha ocasión, algunos de los oradores acusaron a Israel de usar el Holocausto para sus propios fines políticos, mientras que se entregaron folletos que alegaban que el país está llevando a cabo un genocidio.
El futuro de Corbyn
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, se declaró el viernes "muy decepcionado" por el resultado de las legislativas británicas y anunció que no liderará la formación izquierdista en unas próximas elecciones.
En una intervención tras el anuncio de su reelección como diputado por la circunscripción londinense de Islington Norte, Corbyn afirmó que su partido emprenderá "una reflexión sobre el resultado de los comicios" en los que perdió decenas de escaños.