Dos días después de la caída del régimen de Assad, las fuerzas rebeldes que controlan Siria anunciaron el martes que se había establecido un gobierno de transición en el país que ejercerá el cargo durante unos tres meses, hasta el 1 de marzo de 2025.
El gobierno de transición estará liderado por Mohammed al-Bashir, quien hasta ahora encabezaba el "gobierno de salvación" de los rebeldes en Idlib, en el norte de Siria, que hasta principios de mes era la única provincia en sus manos. Una fuente de Hayat Tahrir al-Sham, el grupo rebelde jihadista que lideró el ataque sorpresa que derrocó a Assad, dijo que Bashir ahora dirigirá "un gobierno responsable de lidiar con los asuntos de Siria". Se supone que el gobierno de transición comenzará el largo proceso de reconstrucción de una Siria devastada, después de 13 años de guerra civil, que terminó a principios de esta semana con una rotunda derrota del dictador Al-Assad.
Fuentes de la administración política siria dijeron hoy a Al-Jazeera que el gobierno de transición "derogará las leyes antiterroristas y desmantelará los servicios de seguridad. Se examinará la situación del ejército y estamos examinando su reorganización. El gobierno interino creará la atmósfera para un gobierno permanente".
El líder de Hayat Tahrir al-Sham es Abu Mohamed al-Golani, quien llegó a la Damasco ocupada el martes y celebró la victoria. Ayer, Al-Golani inició conversaciones con Muhammad al-Jalali, quien fue el primer ministro del régimen sirio, para discutir una transferencia ordenada del poder.
Hoy, por primera vez desde la caída del régimen de Assad, se abrieron los bancos en Damasco, una medida que indica un cierto retorno a la normalidad. Además, los negocios de la capital han reabierto y ha vuelto a haber un tráfico animado en las carreteras. Al mismo tiempo, las fuerzas rebeldes ordenaron a los combatientes que habían capturado rápidamente las ciudades de toda Siria que las abandonaran, y los combatientes fueron reemplazados por la policía y las fuerzas de seguridad interna afiliadas a Hayat Tahrir al-Sham.
El proceso de transferencia del poder en Siria se está llevando a cabo en el contexto de muchos signos de interrogación sobre Hayat Tahrir al-Sham y su líder, Al-Golani. La organización de Al-Golani era conocida anteriormente como Jabhat al-Nusra y servía como la rama siria de Al-Qaeda, y fue incluida en la lista de organizaciones terroristas de los Estados Unidos, Gran Bretaña y las Naciones Unidas.
En los últimos días, Al-Golani ha estado tratando de presentar una cara moderada y parecer estar buscando la paz con elementos dentro y fuera de Siria, pero muchos dudan de sus verdaderas intenciones, recordando que es un asesino en masa que creció al amparo de ISIS y la organización de Osama bin Laden. Una fuente estadounidense señaló que en este momento, al-Golani está "diciendo las cosas correctas", pero por el momento no hay forma de saber cuál será el futuro de Siria.
La administración del presidente saliente Joe Biden se pregunta cómo mantener los contactos con las organizaciones rebeldes que derrocaron al régimen de Assad, lideradas por Hayat Tahrir al-Sham. En los últimos días, funcionarios de la administración y Washington han estado en contacto con Turquía y otros países de la región para mantener contactos indirectos con los rebeldes. "Hemos estado involucrados en estas conversaciones en los últimos días, y vamos a seguir haciéndolo", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, sobre los contactos indirectos con los rebeldes.
"El propio secretario de Estado ha estado involucrado en conversaciones con países influyentes en Siria", dijo Miller. En los últimos días, el secretario de Estado, Antony Blinken, ha hablado con líderes de la región y con el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Hakan Fidan. Turquía tiene influencia sobre algunas de las organizaciones rebeldes que lucharon en Siria, incluida Hayat Tahrir al-Sham. Cuando se le preguntó si Estados Unidos quería comprometerse con Al-Golani, quien en 2013 fue incluido en la lista de terroristas de Washington, Miller dijo que Estados Unidos no lo descartaba.
"Creemos que tenemos la capacidad de comunicarnos con todas las partes relevantes, directa o indirectamente", dijo Miller, a poco más de un mes del final de la presidencia de Biden y la toma de posesión de Donald Trump como presidente. Blinken dijo esta tarde que Estados Unidos apoya el cambio de régimen en Siria y quiere que conduzca al establecimiento de un gobierno creíble que cumpla con los estándares internacionales. Mientras tanto, en Gran Bretaña, el primer ministro Keir Starmer dijo que aún no se ha tomado una decisión sobre si eliminar a Hayat Tahrir al-Sham de la lista de organizaciones terroristas, a la luz de los informes de que Londres está considerando la medida.
En cuanto a la transferencia de poder en Siria, el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, dijo hoy que es necesario que el proceso sea lo más exhaustivo posible. En un mensaje a Israel y sus acciones en Siria, Pedersen expresó que "es muy importante que no veamos ninguna acción, de ninguna parte internacional, que destruya la posibilidad de que Siria sufra una transformación". Las Naciones Unidas pidieron a Israel que detenga los ataques en Siria, después de que Israel destruyera almacenes militares que contenían armas químicas para evitar que los rebeldes tomaran el control de las armas.
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Aviones destruidos en el aeropuerto de Al-Mezzeh en Damasco, tras ataques de las FDI.
(Bakr Alkasem, AFP)
Cuando se le preguntó sobre el papel de Hayat Tahrir al-Sham en el nuevo gobierno y su designación como organización terrorista, Pedersen dijo: "Han pasado nueve años desde la adopción de la resolución. La realidad en este momento es que Hayat Tahrir al-Sham, así como otros grupos armados, han enviado mensajes positivos de unidad e inclusión al pueblo sirio".
Los grandes perdedores del derrocamiento del régimen sirio son los aliados de Assad, Rusia e Irán: Teherán dijo ayer que desde el derrocamiento de Assad, la República Islámica ha logrado abrir una línea directa de comunicación con algunos de los líderes rebeldes allí, en un intento de "evitar un camino de hostilidad" entre los países. Una de las fuentes, cuya identidad no ha sido revelada, dijo a Reuters que los altos mandos del régimen iraní están dispuestos a mantener contactos con los nuevos líderes de Siria, porque estos contactos son "importantes para estabilizar las relaciones y prevenir un aumento de las tensiones en la región".
Esta mañana, el comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hossein Salami, se reunió con miembros del Parlamento. En una audiencia a puerta cerrada, Salami afirmó que Irán "no se había debilitado" con el derrocamiento del régimen de Assad y que su poder era tan grande como siempre lo había sido. Según él, no quedan fuerzas iraníes en Siria.
Moscú, que durante décadas fue un aliado del régimen de Assad (primero cuando Hafez al-Assad era presidente y luego con el ascenso de Bashar), ahora debe llegar a un acuerdo con los rebeldes para garantizar la seguridad de sus bases estratégicas: la base naval en la ciudad portuaria de Tartus y la base aérea de Hmeimim, cerca de Latakia. Hoy, la agencia de noticias Reuters informó que varios barcos de la armada rusa abandonaron la base en Tartus. Algunos de ellos anclaron frente a la costa de la ciudad.
