Pasaron más de tres años desde que Israel y Marruecos firmaron sus acuerdos de normalización, como parte de los Acuerdos de Abraham. Desde entonces, los vínculos entre los dos países fueron despegando de forma lenta, pero constante. Sin embargo, dada la neutralidad histórica de Marruecos, la guerra en curso entre Israel y Hamás, en Gaza, presenta desafíos para su relación. Pero, a diferencia de conflictos anteriores entre israelíes y palestinos, esta vez, la base de los vínculos es más sólida que nunca, y Rabat intenta mitigar la polarización del público, mientras mantiene sus vínculos con Israel, ayuda a la gente de Gaza y apoya la paz.
Einat Levi es asesor estratégico sobre las relaciones entre Israel y Marruecos e investigador en el Instituto Mitvim, de Políticas Exteriores Regionales, con sede en Ramat Gan. Siguió de cerca las relaciones entre los dos países, durante más de una década y, anteriormente, dirigió los asuntos económicos y académicos de la Misión israelí en Rabat. Levi reconoce que la actual guerra entre Israel y Hamás provocó una pérdida del impulso positivo, logrado desde que Israel y Marruecos renovaron oficialmente sus relaciones en diciembre de 2020. Sin embargo, afirmó: "Los lazos entre Israel y Marruecos siguen siendo fuertes, gracias a la base sólida de intereses mutuos y valores y cultura compartidos", afirmó.
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"Los lazos entre Israel y Marruecos siguen siendo fuertes, gracias a la base sólida de intereses mutuos."
(AFP)
Según Levi, la guerra creó muchos desafíos, incluido un revés en un campo en el que la cooperación de ambos países prosperó más: el turismo. Levi señaló que los vuelos directos entre Tel Aviv y Rabat todavía están suspendidos y que está en vigor una advertencia de viaje con una calificación de tres sobre cuatro, que aconseja a los israelíes evitar viajes no esenciales a Marruecos. Como resultado, "el turismo judío israelí e internacional a Marruecos cesó casi por completo, y sólo unos pocos grupos continúan visitando", añadió.
La cobertura mediática juega un papel importante en la opinión pública de ambos países. Levi señaló que muchos marroquíes reciben información sobre la guerra, principalmente, de la red Al Jazeera, propiedad de Qatar, partidaria de Hamás y otras facciones asociadas con los Hermanos Musulmanes en la región. "Hay un desafío importante, en cuanto a la imagen parcial que se muestra en los medios de comunicación y en las redes sociales, sin mencionar el tema de las noticias falsas", afirmó.
Levi destacó que mientras en Israel hay una cobertura mínima del lado palestino, en Marruecos y otros países musulmanes hay una cobertura limitada de las dificultades que enfrenta la sociedad israelí. "Esta dinámica contribuye al desarrollo de una percepción 'en blanco y negro' del conflicto, simplificándolo en una narrativa de perpetradores y víctimas", advirtió.
Levi destacó que mientras en Israel hay una cobertura mínima del lado palestino, en Marruecos y otros países musulmanes hay una cobertura limitada de las dificultades que enfrenta la sociedad israelí.
Como resultado, señaló que las cuestiones que son más complejas, como las numerosas iniciativas que involucran la solidaridad judío-musulmana, a menudo son marginadas y excluidas de la agenda de la mayoría de los medios de comunicación.
Mouna Izddine, periodista independiente y escritora marroquí especializada en el judaísmo marroquí y en las relaciones marroquí-israelíes, confirmó que la cobertura mediática de la guerra está afectando la perspectiva marroquí. Como en conflictos anteriores entre israelíes y palestinos, "esta nueva guerra entre Hamás e Israel, francamente, no fue cubierta objetivamente", indicó.
En Marruecos, la mayoría de los medios de comunicación, especialmente los impresos, explicó Izddine, "simplemente condenan la intervención israelí y acusan al 'Estado hebreo' de atacar a civiles o, incluso, de cometer genocidio, con el objetivo de eliminar a los palestinos de Gaza y expulsar a los que quedan para apoderarse de sus tierras".
Al mismo tiempo, señaló que muy pocos medios de comunicación mencionan la masacre del 7 de octubre, cometida por Hamás contra israelíes, y no se refieren a esa organización como un movimiento terrorista, sino como un "movimiento de resistencia contra una ocupación de 75 años".
Sin embargo, esta vez hay una diferencia, continuó. Izddine señaló que, a diferencia de crisis anteriores, los medios oficiales o aquellos conocidos por ser cercanos al gobierno marroquí están tratando de permanecer lo más neutrales posible, en su cobertura de la guerra. Esto se hace, "al tiempo que se reitera la inmutabilidad de la posición de Marruecos sobre la resolución política del conflicto, es decir, la solución de dos Estados", afirmó.
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"En Marruecos, la mayoría de los medios de comunicación condenan la intervención israelí ."
(AFP)
Levi añadió que esto último refleja la política coherente de los dirigentes marroquíes con respecto a la guerra. "Marruecos fue consistente en su apoyo a la solución de dos Estados", expresó, y señaló, además, que reconoce a la OLP como representante palestina y envía activamente ayuda humanitaria a Gaza; al mismo tiempo, la posición oficial del país sobre su interés estratégico en las relaciones con Israel permanece sin cambios.
"Esto fue evidente, durante la extraordinaria Conferencia Árabe Islámica celebrada en Riad, en noviembre, donde Marruecos, junto con otras naciones árabes y musulmanas influyentes, optó por no respaldar decisiones o acciones específicas contra sus vínculos con Israel", afirmó. "Además, la decisión de Marruecos de mantener a su embajador en Tel Aviv, constituye una declaración significativa en apoyo de esta posición", añadió Levi.
"Marruecos, junto con otras naciones árabes y musulmanas influyentes, optó por no respaldar decisiones o acciones específicas contra sus vínculos con Israel. Además, tomó la decisión de mantener a su embajador en Tel Aviv."
Por eso cree que, dada la posición única de Marruecos por sus relaciones con ambas partes, "la crisis actual ofrece también una oportunidad para la colaboración regional y bilateral. El día después de que concluya la guerra, Marruecos podría desempeñar un papel importante, como parte de una coalición más amplia dedicada a los procesos de rehabilitación y reconstrucción", según Levi.
"Podría ayudar en la propia reconstrucción y en la implementación de programas locales y regionales, para hacer frente y prevenir el extremismo y la violencia y ayudar en la formación de los empleados públicos desplegados en Gaza", añadiendo que Rabat también podría albergar foros, reuniones y conferencias, así como apoyar y promover una solución sostenible al conflicto palestino-israelí.
Respecto de la desaceleración de las relaciones entre Israel y Marruecos, Izddine afirmó que "esto no es nuevo y se observó en la mayoría de los momentos de tensiones entre israelíes y palestinos". Sin embargo, enfatizó que, "esta vez, la naturaleza de la normalización ayudó a crear una base más sólida que salvaguardará las relaciones de ambos países".
Señaló que "esto se debe a dos factores: el primero es que este acuerdo tripartito se concluyó por iniciativa de los Estados Unidos, aliado histórico e inmutable de Marruecos. En segundo lugar, el acuerdo incluía el reconocimiento estadounidense de la soberanía del Reino de Marruecos sobre el Sahara, lo que es una cuestión importante para la nación norteafricana".