El Día de San Valentín es considerado "no islámico" por muchos de los 2,3 millones de palestinos que viven en la Franja de Gaza. Pero el negocio fue más lento de lo habitual este martes en las tiendas que venden rosas rojas, corazones de peluche y tiernos ositos.
Wasim Abdu, propietario de la florería Safeer El-Hub (Embajador del Amor) en la ciudad de Gaza, dijo que los enfrentamientos esporádicos con las tropas israelíes y los devastadores terremotos en Turquía y Siria ensombrecieron las celebraciones durante los últimos días, a diferencia de otros años.
"La gente de Gaza ama la vida y la libertad y le gusta celebrar todas las ocasiones, pero la participación no es la esperada o deseada", afirmó.
Incapaces de enviar sus flores a Europa desde 2017 debido a las restricciones israelíes a la exportación, los agricultores informaron que la tierra en Gaza dedicada al cultivo de flores se había reducido de 1.250 acres a sólo cuatro, con miles de trabajadores despedidos.
Citando preocupaciones de seguridad sobre Hamás, el grupo terrorista que gobierna Gaza, Israel y Egipto controlan estrechamente la frontera del enclave. Aunque Hamás no impide el comercio en San Valentín, algunos clérigos recorrieron en el pasado las calles, instando a la gente y a los propietarios de tiendas a evitar lo que consideran un rito occidental.
Recogiendo un ramo de sus flores favoritas, la palestina Nehaya Jarada comentó que, a pesar de todo, estaba decidida a disfrutar del día.
"Sigo queriendo celebrar San Valentín, a pesar de las guerras que vivimos", manifestó.