Medios de comunicación turcos informaron este miércoles que miembros de la misión de búsqueda y rescate de las Fuerzas de Defensa de Israel en Kahramanmaras rescataron durante la noche a una joven de las ruinas de su casa, situada en el sur del país, tras los terremotos que sacudieron la zona.
Según los informes, el padre de la joven dio las gracias a la misión de rescate israelí, que llegó a Turquía en un esfuerzo por salvar a las personas atrapadas en edificios derrumbados. El estado de salud de la mujer era estable y fue evacuada a un hospital local.
El comandante Matan Schneider, jefe de la misión de rescate en Turquía, dijo que el equipo fue convocado después de que se oyera un ruido procedente de una de esas ruinas.
"Comenzamos una compleja operación de rescate que duró cuatro horas y media y que incluyó mucha ingeniería, atención médica y asistencia paramédica", explicó.
"Finalmente, se rescató a la mujer de 23 años, que sufría una fractura en la cadera, y fue evacuada", contó Schneider.
La agencia turca de gestión de catástrofes informó que el número de muertos en el país aumentó a 7.108, lo que eleva el total general a 9.638, incluidas las víctimas mortales registradas en la vecina Siria, desde el terremoto del lunes y las múltiples réplicas.
El número de víctimas mortales en las zonas de Siria controladas por el gobierno ascendió a 1.250, con 2.054 heridos, según el Ministerio de Salud. Al menos 1.280 personas murieron en el noroeste controlado por los rebeldes, según los socorristas voluntarios conocidos como los Cascos Blancos, y más de 2.600 resultaron heridas.
Esta cifra supera las 8.800 víctimas mortales del terremoto de magnitud 7,8 que sacudió Nepal en 2015.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU también declaró el martes que el número total de muertos podría alcanzar las 20.000 personas, y el Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, calificó los esfuerzos de rescate de "carrera contrarreloj".
Turquía anunció el martes que más de 8.000 personas fueron rescatadas hasta ahora de los edificios derrumbados, y alrededor de 380.000 personas sin hogar fueron evacuadas de la zona y reunidas en refugios, tiendas de campaña, mezquitas y centros comunitarios.
Muchos aún no pudieron ser evacuados y duermen en espacios abiertos calentados por los incendios que ellos mismos provocaron. Otras personas temen volver a sus casas por la posibilidad de que se produzca una réplica.
El martes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que más de 13 millones de los 85 millones de habitantes de Turquía se vieron afectados de algún modo por los terremotos, y declaró el estado de emergencia en 10 provincias, donde se reforzarán las labores de búsqueda y rescate.
Recientemente, los medios de comunicación internacionales informaron en numerosas ocasiones del enfado de los residentes turcos de algunas zonas afectadas por la gestión gubernamental de la catástrofe.
La magnitud de los temblores y las condiciones meteorológicas impiden a los equipos de rescate ayudar en muchas ciudades y pueblos remotos, y algunos residentes que perdieron sus casas intentan limpiar los escombros por sí mismos, sin herramientas adecuadas.
