El primer ministro designado del Líbano, Saad Hariri, informó el jueves que renunciaría, nueve meses después de que el parlamento lo nombrara para el cargo y citando "diferencias clave" con el presidente del país.
Es probable que esto sumerja al país aún más en el caos y la incertidumbre. El Líbano atraviesa una crisis económica sin precedentes, descrita por el Banco Mundial como una de las peores del mundo en 150 años.
"Está claro que no podremos estar de acuerdo con el presidente", dijo Hariri, después de una reunión de 20 minutos con el presidente Michel Aoun.
Hariri se reunió el miércoles con Aoun después de semanas de esfuerzos para resolver el estancamiento político y luego de un viaje rápido a El Cairo, Egipto, un aliado cercano. Propuso un nuevo gabinete de 24 ministros y dijo que esperaba una respuesta de Aoun para el jueves. Hubo informes de que éste fue un último esfuerzo de Hariri por sostenerse en el cargo.
Hariri, de 51 años, renunció a su cargo en octubre de 2019, como una forma de ceder a las protestas a nivel nacional que exigían reformas importantes y condenaban a toda la clase política.
Un año después fue nombrado nuevamente para el cargo por el Parlamento, en medio de una crisis económica paralizante y meses después de la explosión masiva en el Puerto de Beirut, que agravó aun más los problemas del país.
