Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se están acercando a decidir sanciones contra colonos violentos, similares a las sanciones que Estados Unidos ya tomó contra cuatro israelíes, tras un decreto del presidente Joe Biden.
Varios elementos dentro de la UE presionan para que se forme una "lista negra" de colonos violentos cuya entrada en los países europeos sería y se les impondrían, además, sanciones económicas. La resolución necesita el consentimiento de los 27 miembros de la UE para ser aprobada. En esta etapa, dos países se oponen a las sanciones: Hungría y la República Checa. Según los informes que llegaron a Jerusalem, aunque no se espera que la negativa húngara cambie pronto, los checos ya están "menos opuestos" a la medida y pueden cambiar su decisión y levantar el veto más adelante.
Entre los que promueven las sanciones se encuentran el ministro de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell, y representantes de Irlanda, España, Malta y Bélgica. Dentro de la UE, incluso hay quienes exigen la adopción de un "régimen de sanciones extremas" contra los colonos violentos. Hasta hace poco, Alemania, el país central e importante de la UE, bloqueaba ese régimen de sanciones.
Tras la orden ejecutiva de Biden, los estadounidenses impusieron sanciones contra cuatro colonos, que provocaron que los bancos israelíes se apoderaran de sus cuentas, por temor a que fueran acusados de violar la orden estadounidense. Ahora, después de la decisión de Estados Unidos, cada vez más funcionarios europeos dicen que no pueden ser "más justos que el Papa". La Unión Europea anunció recientemente un régimen especial de sanciones contra Hamás, y ahora aumenta la presión interna para equilibrar la decisión con un régimen de sanciones contra los colonos violentos.
El ministro de Relaciones Exteriores húngaro, Péter Yrto, cuyo país está bloqueando las sanciones contra los colonos, dijo durante el fin de semana: "En la última década no he experimentado en el Consejo Europeo de Ministros una discusión tan apasionada como sobre Oriente Medio, que incluso alcanza niveles personales". Fuentes israelíes de alto rango familiarizadas con el asunto dicen que Hungría se encuentra actualmente como un muro contra las sanciones, pero hay indicios preocupantes de que la oposición checa no es tan fuerte como en el pasado, y está bajo una fuerte presión para levantar el veto.
"No está claro si Hungría se romperá o no y cuánto durará", señalan en Israel. "La República Checa es un país pequeño y tiene intereses. Una vez que sólo quedan uno o dos países, los pone en una posición desagradable. Tan pronto como los estadounidenses decidieron [castigar a los colonos], la suerte estaba echada y ésa parece ser la dirección".