Este lunes, tras una reunión del Consejo de Seguridad, cinco países europeos expresaron "seria preocupación" por la designación de Israel sobre seis organizaciones de la sociedad civil palestina como grupos terroristas. Los estados en cuestión informaron que exigirán más información a las autoridades israelíes acerca de la inclusión en la lista.
El consejo de 15 miembros no tomó ninguna medida después de las consultas cerradas. Sin embargo, una declaración de Estonia, Francia, Irlanda, Noruega y Albania, que se unirán al grupo en enero, dijo que las listas "tienen consecuencias de gran alcance para las organizaciones en términos políticos, legales y financieros". Además, añadió que "estudiarán cuidadosamente" la información proporcionada por Israel sobre la base de las designaciones.
"Una sociedad civil próspera y el respeto por las libertades fundamentales son piedras angulares de las democracias abiertas", dijo el comunicado leído por el embajador de Estonia en la ONU, Sven Jurgenson, después de la discusión del consejo. "La sociedad civil es un contribuyente esencial al buen gobierno, los derechos humanos, el derecho internacional, los valores democráticos y el desarrollo sostenible en todo el mundo, incluso en Israel y Palestina", agregó.
El mes pasado, desde Jerusalem aseguraron que las seis organizaciones palestinas de derechos humanos estaban vinculadas al Frente Popular para la Liberación de Palestina, un movimiento político laico de izquierda con un brazo armado que ha llevado a cabo ataques mortales contra israelíes.
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Militantes del Frente Popular para la Liberación de Palestina desfilan por las calles de Gaza.
(AP)
No obstante, el expediente israelí confidencial que detalla supuestos vínculos entre los grupos palestinos de derechos humanos y el Frente Popular para la Liberación de Palestina contiene poca evidencia concreta, y no ha logrado convencer a los países europeos de que dejen de brindar su apoyo financiero.
Las seis organizaciones apuntadas, algunas de las cuales tienen vínculos estrechos con grupos de derechos humanos en Israel y en el extranjero, niegan las acusaciones. Dicen que la designación de terror tiene como objetivo amordazar a los críticos de la ocupación militar israelí de medio siglo de territorios que los palestinos quieren para su futuro estado.
