La policía australiana anunció eSTE lunes un nuevo impulso para resolver dos atentados con bomba contra la comunidad judía en 1982, ofreciendo un millón de dólares australianos por información sobre el "primer caso sin resolver de terrorismo" del país.
Una explosión sacudió el consulado israelí en Sydney el 23 de diciembre de 1982, antes de que un coche bomba estallara en el sótano del Club Hakoah en la cercana Bondi unas cuatro horas más tarde.
La policía calificó los atentados -que causaron un pequeño número de heridos pero ninguna muerte- como el "primer caso de terrorismo sin resolver" de Australia y un acto de "terrorismo internacional motivado por el nacionalismo palestino".
En 1983 se acusó brevemente a un hombre en relación con los atentados, pero el caso se archivó antes de que comenzara el juicio.
El comandante antiterrorista de la policía de Nueva Gales del Sur, Mark Walton, declaró que la recompensa -el equivalente a algo más de 680.000 dólares estadounidenses- se ofrecía por información que condujera a condenas penales.
También manifestó que la policía estaba buscando a tres personas en particular -dos hombres y una mujer- que creían que tenían información crucial.
"Las recompensas son una herramienta importante en muchas estrategias de investigación, sobre todo cuando sabemos que hay reticencia o miedo a facilitar información a la policía", declaró.
"Estos atentados permanecieron en el corazón y en la mente de las comunidades judía, israelí y australiana, y desde luego nunca fueron olvidados por los investigadores", agregó.
La recompensa coincidió con una nueva investigación forense sobre los atentados.
