Dos días después del terremoto más mortífero ocurrido en Marruecos en seis décadas, equipos de rescate intentan a contrarreloj encontrar sobrevivientes entre los escombros.
Según cifras oficiales, 2.500 personas perdieron la vida en la catástrofe que devastó pueblos del Alto Atlas, pero el número seguirá en ascenso.
Equipos de búsqueda de España, Gran Bretaña y Qatar se unieron a los esfuerzos por encontrar supervivientes del seísmo de magnitud 6,8 que sacudió el país a última hora de la noche del viernes, a 72 km de Marrakech.
Muchos de los que sobrevivieron pasaron una tercera noche a la intemperie, con sus casas destruidas y el temor a réplicas.
En Imgdal, un pueblo situado a 75 km al sur de Marrakech, las mujeres y los niños se acurrucaron bajo tiendas improvisadas instaladas a lo largo de la carretera y junto a los cientos de edificios dañados.
En el pueblo de Tafeghaghte, Hamid ben Henna describió cómo su hijo de ocho años murió bajo los escombros por ir buscar un cuchillo a la cocina para cortar un melón mientras la familia cenaba. El resto de la familia sobrevivió.
Dado que gran parte de la zona afectada por el seísmo se encuentra en áreas de difícil acceso, aún no se pudo determinar el impacto total y las autoridades no hicieron público ningún cálculo del número de personas desaparecidas.
Además, las carreteras bloqueadas u obstruidas por rocas desprendidas les hacen más difícil el acceso a las localidades afectadas a los socorristas.
En una carretera cercana a la ciudad de Adassil, no muy lejos del epicentro, el ayudante Ayman Koait intentaba despejar los desprendimientos de rocas que bloqueaban el tráfico. "Hay calles peores más arriba que siguen bloqueadas y estamos intentando abrirlas también", comentó, mientras furgonetas cargadas de ayuda se apretujaban por una estrecha pista.
La gente rescataba pertenencias de las ruinas, y algunos describían escenas desesperadas mientras cavaban con sus propias manos para encontrar a sus familiares. Muchas estructuras se desmoronaron con facilidad, incluidas las omnipresentes casas tradicionales de adobe, piedra y madera tosca, uno de los rasgos pintorescos que hicieron del Alto Atlas un imán para los turistas.
"Es difícil sacar a la gente con vida porque la mayoría de las paredes y techos se convirtieron en escombros de tierra cuando cayeron, sepultando a quien estuviera dentro", sostuvo un trabajador militar, que pidió no ser nombrado.
Los daños causados al patrimonio cultural de Marruecos fueron apareciendo poco a poco. Los edificios del casco antiguo de Marrakech, declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, sufrieron daños. Al parecer, el seísmo también causó importantes daños en la mezquita de Tinmel, del siglo XII y de gran importancia histórica, situada en una remota zona montañosa.
Este ya fue catalogado como el terremoto más mortífero del país norteafricano desde 1960, cuando se estima que un temblor mató a 12.000 personas, y el más potente desde al menos 1900, según el Servicio Geológico de EE.UU.
Llega la ayuda
Los sobrevivientes que luchan por encontrar refugio y suministros expresaron sus críticas a lo que describieron como una "respuesta gubernamental lenta".
El gobierno de Marruecos desplegó el ejército y aseguró que está reforzando los equipos de búsqueda y rescate, suministrando agua potable y distribuyendo alimentos, tiendas de campaña y mantas.
Ni el rey Mohammed VI ni el primer ministro Aziz Akhannouch se dirigieron a la nación desde la catástrofe. En una declaración televisada durante el domingo, el portavoz del gobierno, Mustapha Baytas, afirmó que se estaba haciendo todo lo posible sobre el terreno y añadió que el rey había dado instrucciones al primer ministro para que se reuniera este lunes con un comité ministerial que está elaborando planes de emergencia, incluida la reconstrucción de casas.
Pero Marruecos aceptó ofertas de ayuda provenientes de España, Qatar, Gran Bretaña y Emiratos Árabes Unidos mientras que la televisión estatal informó que el gobierno había evaluado las necesidades de ayuda y considerado la importancia de coordinar los esfuerzos de socorro antes y que podría aceptar ofertas de otros países, incluido Israel.
España y Gran Bretaña habían enviado especialistas en búsqueda y rescate con perros rastreadores, mientras que Qatar informó que su equipo de búsqueda y había partido hacia Marruecos. La Unión Europea, por su parte, destacó que iba a destinar inicialmente 1 millón de euros a organizaciones no gubernamentales de ayuda que se encontraban en Marruecos, y que estaba en contacto con las autoridades marroquíes para ofrecer toda la asistencia de protección civil de la UE.
Tanto Francia como Alemania restaron importancia al hecho de que Marruecos no aceptara inmediatamente sus ofertas de ayuda. Alemania comentó el lunes que no veía indicios de que la decisión de Marruecos fuera política, ya que sabía, por su propia experiencia con las inundaciones mortales de 2021, que la coordinación de la ayuda era importante para evitar que los equipos de rescate se obstaculizaran unos a otros.
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Los equipos de búsqueda y rescate buscan supervivientes del terremoto de Marruecos.
(Reuters)
Francia, por su parte, manifestó que estaba dispuesta a ayudar siempre que Marruecos hiciera una petición formal, y que cualquier controversia sobre la cuestión estaba "fuera de lugar".
París y Rabat tuvieron una relación difícil en los últimos años, sobre todo por la cuestión del Sáhara Occidental, un territorio en disputa que Marruecos quiere que Francia reconozca como marroquí.